La ciudad de Copenhague, capital de Dinamarca, se plantea ser neutral en CO2 en un plazo máximo de 12 años, al menos eso es lo que ha afirmado su alcalde, Frank Jensen, en el transcurso de un viaje por los Estados Unidos. En el contexto de nuestro particular folclore nacional podría parecer la típica «alcaldada», pero resulta que la capital danesa ya ha reducido un 40% sus emisiones carbónicas entre 1995 y 2012, lo que convierte la afirmación en verosímil.
Aunque parezca una misión casi imposible, en realidad el planteamiento es relativamente sencillo (a excepción de la inversión que será necesaria) y está dividido en seis grandes líneas de actuación. Estos seis pilares básicos harían posible que una ciudad con más de un millón de habitantes deje de contribuir al efecto invernadero prácticamente por completo, o al menos en lo que a dióxido de carbono se refiere. ¿Echamos un vistazo a esos seis puntos?
Apostar aún más por las energía renovables
En lo que se refiere a su apuesta por energías renovables, la ciudad se orientará en tres líneas de actuación: instalación de más aerogeneradores, inversión en paneles solares para generación de energía fotovoltaica y transformación de sus plantas basadas en combustibles fósiles en instalaciones generadoras a partir de biomasa.
Bicicletas a tope
Aunque el uso de la bicicleta en Copenhague ya es de los más altos del mundo, el ayuntamiento proyecta la construcción de superautopistas para bicicletas, que crucen la ciudad y permitan descongestionar los saturados carril-bici. En el caso de la bicicleta, sorprende que en países donde hace un frío para quedarse tieso durante casi todo el año se utilice tantísimo, aunque hay que reconocer que sus ventajas no terminan con las cero emisiones, sino que se extienden a la salud y el estado de forma de sus habitantes.
Autobuses híbridos
Por muchas bicicletas que haya, siempre es necesario el transporte público para mayores distancias o para personas que, por alguna razón, no quieren o no pueden ir en bicicleta. De nuevo, la propuesta del alcalde está orientada hacia la reducción de ruidos y emisiones, a partir de la compra de autobuses híbridos de mínimo consumo.
Renovar edificios antiguos mejorando su aislamiento
Una importante vía de consumo energético y, por tanto, de posible ineficiencia energética en una ciudad con la latitud de Copenhague, es la calefacción. No se trata aquí de derruir los barrios antiguos de la ciudad con siglos de historia, pero sí de mejorar ostensiblemente el aislamiento de los edificios de mayor edad. Puertas aislantes, ventanas con un correcto sellamiento y fachadas rellenas de materiales aislantes pueden ahorrar mucha calefacción.
Estricta normativa energética para edificios nuevos
Si hablamos de remodelar edificios antiguos para mejorar su aislamiento, parece obvio que la normativa aplicable a edificios de nueva construcción tendrá que ser de órdago en lo que respecta al aislamiento y el aprovechamiento energético, incluyendo la obligatoriedad de todo tipo de instalaciones de aprovechamiento energético y puntos de recarga para vehículos eléctricos.
Construir una economía ecológica
Por último, pero no por ello menos importante, Copenhague se propone orientar su economía hacia sectores en los que la sostenibilidad sea un objetivo esencial.
Con todo lo expuesto, los daneses pretenden llegar a la meta de la neutralidad de emisiones en 2025. Ojalá que lo veamos.
Fotos: Flickr de Fc Nikon
Fuente: Inhabitat
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