Phinergy está recorriendo el grueso de internet convirtiéndose en la gallina de los huevos de oro tras la afirmación de que su tecnología de acumulación energética permite recorrer hasta 1.600 kilómetros con un vehículo eléctrico. Dicho así deberíamos estar todos rumbo a Israel, sede de Phinergy, para hacernos lo antes posible con su tecnología para disfrutar sin más preocupaciones de la movilidad eléctrica.
Sin embargo, esta noticia tiene una importante cara oculta que, o bien no se ha divulgado igual de bien que las ventajas de la tecnología o, directamente, no ha interesado dar a conocer para mantener la expectación ante una supuesta revelación tecnológica descubierta de la noche a la mañana. Phinergy parece no mentir en sus explicaciones, la capacidad de la tecnología es real, pero el verdadero abanico de posibilidades dista mucho del que se ha dado a conocer.
El Citroën C1 que emplea Phinergy como laboratorio emplea un sistema de movilidad eléctrica clásico donde un propulsor eléctrico es alimentado por una batería de iones de Litio. Hasta aquí nada fuera de lo común, la clave reside en un sistema de almacenamiento energético que alimenta a la batería principal. Este segundo componente de almacenamiento energético no es otro que una segunda batería de mucha más capacidad gracias al empleo de la tecnología Metal-Aire mediante proceso de oxidación que es en la actualidad la panacea de las baterías.
El segundo acumulador, el de mayor capacidad, basa su efecto de generación eléctrica en un proceso de oxidación del Aluminio que se emplea como material principal de la reacción (Ánodo). El contacto del Aluminio con el oxígeno y el agua que ha de ser restaurada cada 200 kilómetros, lleva a cabo un proceso de oxidación mediante el cual se genera una corriente eléctrica que es almacenada en la batería principal que a su vez alimenta al propulsor eléctrico.
El gran problema de esta batería secundaria que emplea la oxidación del Aluminio como artífice del milagro, reside en que el proceso de oxidación termina por disolver por completo las placas de Aluminio contenidas en el acumulador secundario, un proceso que finalmente nos ofrecería los 1.600 kilómetros de uso (vida útil), que no autonomía real, del invento de Phinergy.
La clave de esta tecnología propuesta por Phinergy como sistema de propulsión eléctrica, reside en la única necesidad de recargar agua cada 200-300 kilómetros para poder seguir llevando a cabo el proceso de oxidación. La vida útil es de 1.600 kilómetros, momento el cual deberemos sustituir las 50 placas de Aluminio contenidas por otras 50 placas nuevas, de cara a volver a contar con un acumulador secundario que vuelva a ofrecer hasta 1.600 kilómetros de vida útil.
¿Phinergy miente?, no, pero no es oro todo lo que reluce. El Aluminio es un metal de relativo bajo coste, pero su consumo masivo, además de muy contaminante, lo convertirían en un metal preciado con serios problemas de reciclado. Por otro lado, el consumo de agua dulce se antoja demasiado peligroso teniendo en cuenta que hablamos de un recurso cada vez más limitado y con un acceso restringido en según que zonas del mundo.
Fuente: Alt1040
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