Fisker está, según muchos expertos y medios que se han hecho eco de sus últimos pasos, más cerca que nunca de verse declarada en bancarrota como última ejecución como fabricante. Su futuro es ahora más incierto que nunca destacando el abandono de su fundador, Henrik Fisker, quién ante desacuerdos con la cúpula directiva encargada de gobernar un barco a la deriva, finalmente encontró la puerta de atrás como el punto y final a su proyecto.
Pero, cómo Fisker ha podido llegar hasta este punto después de haber conseguido un éxito mediático de increíble magnitud y contar con una tecnología de propulsión a años luz de muchos fabricantes. El Fisker Karma ha sido, es y será la respuesta a las virtudes y defectos de Fisker como firma automovilística, un vehículo repleto de tantos matices y peculiaridades que la etiqueta de único le viene como anillo al dedo.
Fisker Karma: una revolución que marcaría el camino a seguir
Fue en el Salón del Automóvil de Detroit de 2008 cuando se descubrió por primera vez el Fisker Karma y el sueño de su fundador de convertir a ese modelo en un punto y a parte de la historia de la automoción contemporánea. Era un concepto rompedor que hablaba de deportividad, tecnología, lujo y bajas emisiones sin maquillar en ningún momento que estábamos ante un eléctrico de autonomía extendida. En 2013 esta mezcla no parece tan excéntrica, pero en 2008, locura y sinsentido definían muy bien la apuesta de Fisker.
Su diseño es a todas luces uno de los legados más profundos que dejará el Fisker Karma cuando su vida llegue a su fin, muy por encima de otros muchos aspectos. La primera cita impresiona, se muestra exagerado en sus proporciones y ha sido diseñado para nunca pasar desapercibido. Podrá gustar o no, pero la realidad es que su silueta se ha convertido en la mejor imagen de Fisker desde que en Noviembre de 2011 comenzaran las primeras entregas. Verlo rodar seduce, doy fe.
Un servidor ha tenido la oportunidad de exprimir a fondo todo cuanto supone el Fisker Karma. Lo primero que sobreviene a los mandos es una difícil tarea de encasillar a este modelo, algo que resulta prácticamente imposible y que, a priori, supone uno de los grandes éxitos del Fisker Karma como producto; pues no encuentra rivales capaces de medirse a él en igualdad de concepto. Es único, único de verdad.
El excepticismo sobre su funcionamiento no voy a negar que poblaran mi juicio cuando acudí a probarlo por la ruta que une San Pedro de Álcantara con Ronda. Una carretera muy divertida si cuentas con el vehículo apropiado. La multitud de titulares que hablaban sobre llamadas a revisión por problemas de refrigeración, fallos de software que hacían inamovible al vehículo, etc. suponían un gran hándicap para valorar su uso sin verse influenciado.
Aún así la prueba fue más que satisfactoria, ciertamente el Fisker Karma no brilló ni por el empuje de sus 410 CV, ni por lo comedido en los consumos que se quedaron muy lejos de los 2,1 l/100 Km que promete, sin embargo dibujaba una sonrisa, por qué negarlo.
¿Por qué es el Tesla Model S la antítesis al Fisker Karma?
Henrik Fisker trabajó junto a Elon Musk en el diseño y desarrollo de lo que hoy conocemos como Tesla… pero su particular visión de lo que debía ser una berlina eléctrica llevó más tarde al nacimiento de Fisker Automotive. Dos visiones, dos caminos, dos futuros muy desiguales.
Tesla siguió su camino buscando ofrecer una berlina eléctrica a baterías que se enmarcara en las posibilidades de la propulsión eléctrica y las necesidades de un cliente de corte tecnológico, trabajando muy duro en fabricar una imagen alrededor de la marca que se encargaría de inaugurar el Tesla Roadster.
Tesla ha conseguido diseñar un modelo de negocio donde tienen cabida desde tiendas exclusivas hasta estaciones de carga dedicadas, todo lleva la firma de Tesla. Muchos comparan la estrategia de marketing de Tesla con la filosofía Apple y quizás razón no les falte.
El futuro de Tesla se muestra con beneficios y la llegada de toda una gama alrededor del Model S. Su producción mensual supera ya las 1.500 unidades, mientras del Fisker Karma apenas se ofrecen datos de producción que superen las 2.000 unidades hasta la fecha.
¿Es el Tesla Model S un modelo superior al Fisker Karma? No, es completamente diferente. El Tesla Model S es un producto donde la visión del lujo y la tecnología se ha concebido y ofrecido al usuario como una solución práctica, lógica y sin aparentes fallos. Es casi más un gadget que un vehículo, y eso gusta mucho a sus clientes.
Fisker Karma: de todo un poco y de nada a la vez
El precio del Fisker Karma es de 130.971 €, una cifra que nos servirá como indicador de donde se debe situar esta atípica berlina. ¿Es caro? ¿Es barato? difícil responder sin saber muy bien dónde ubicarlo. Lo más cercano en el mercado español es el Porsche Panamera S Hybrid, una berlina de corte deportivo, con un precio de 115.385€, potencia de 379 CV y un consumo medio homologado de 6,8 l/100 Km.
Aún así, el diseño exterior e interior y la posibilidad de recarga externa, vuelven a marcar diferencias sustanciales a favor del Fisker Karma. Es en ese momento cuando se vislumbra uno de los grandes defectos del Karma: un vehículo que navega en varios mares sin contar con un rumbo concreto. No tiene cliente potencial, es exclusivo pero sin llegar a las cotas de Porsche o Aston Martin y, para ser sinceros, la ausencia de historia e imagen en la marca hace flaco favor.
Fisker se dio cuenta de este aspecto una vez comenzó a entregar el Fisker Karma a sus compradores. La solución no fue otra que comenzar a esbozar un modelo inferior, más accesible y directamente creado para rivalizar frente al BMW serie 3 híbrido ofreciendo un precio similar, una tecnología de propulsión evolucionada del Karma y un planteamiento y posicionamiento más lógico que reportará un mayor volumen de ventas e ingresos. Así surgió el proyecto Fisker Atlantic.
Pero llegó el momento en el que el Departamento de Energía de los EE.UU., DOE en sus siglas en inglés, decidió congelar el préstamo que le concedió a Fisker en un principio descubriendo que los objetivos de consumo del Karma no eran los previstos, que existían serios problemas en el sistema de refrigeración, que los fallos de software eran más comunes de lo deseado y que las ventas no terminaban de arrancar.
Así, el DOE hirió de muerte a Fisker al dejar el préstamo inicial de 520 Millones de dólares en una entrega de 193 Millones de dólares en Febrero de 2012. A partir de aquí, la infructuosa búsqueda de inversores, el corte de suministro en baterías por la quiebra de A123 y la parada de producción desde Octubre de 2012 han sumido al fabricante en una agonía que clama de una sentencia final de una vez por todas.
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