Durante todo el año 2012 se han instalado a lo largo y ancho de nuestro querido planeta un total de 27 hidrolineras (estaciones de repostaje de hidrógeno). Esto supone un incremento de un 15% sobre las 181 hidrolineras que existían previamente en el mundo. Para poner en perspectiva la cifra (aparentemente ridícula) hay que tener en cuenta que, en la práctica, no existen vehículos impulsados por hidrógeno que no formen parte de algún experimento.
A pesar de que algunas marcas han desplegado importantes campañas de marketing haciéndonos ver sus vehículos con pila de combustible circulando por el mundo con vistosas pegatinas, hasta ahora se trata de prototipos necesarios para la puesta a punto de esta compleja, puntera y costosa tecnología. Así pues, ¿dónde están esas hidrolineras? y por tanto ¿quién tendrá esa tecnología?
La distribución geográfica comenzaría por Europa, con 16 instalaciones, seguida por Estados Unidos, con 8 hidrolineras que, junto con las 3 instaladas en Asia totalizan las 27. Podemos hacer varias lecturas de esta distribución, pero la que más me gusta es que es Europa quien está tomando un cierto liderazgo tecnológico en este terreno.
Hace poco, os contábamos que Daimler, Renault-Nissan y Ford colaborarán en el desarrollo de la pila de combustible y también que BMW y Toyota llegaban también a un acuerdo para compartir tecnología de hidrógeno. La tecnología promete un futuro esperanzador e incluso hay quien se ha atrevido a anunciar un primer lanzamiento comercial para 2016 (Mercedes) aunque luego estimó como más probable el año 2017… veremos.
Los problemas técnicos de propulsar vehículos con hidrógeno son, básicamente, todos los imaginables: la pila de combustible que utiliza el hidrógeno para generar electricidad es carísima, los tanques de hidrógeno para coche son carísimos, las hidrolineras son carísimas, el hidrógeno es carísimo de obtener y almacenar. Finalmente, la eficiencia energética del proceso completo (desligar el hidrógeno, almacenarlo, transportarlo, repostarlo y combinarlo con oxígeno en la pila de combustible) es altamente ineficiente, aproximándose a la ineficiencia global de un motor térmico, que no es poca.
Eso sí, si no fuera por estos insignificantes detalles, todos los coches serían de hidrógeno porque todo lo demás son maravillosas ventajas.
Fuente: Green Car Reports
En Tecmovia: Los grandes fabricantes apuestan por el hidrógeno, ¿ha muerto el coche eléctrico a baterías? | Coches de hidrógeno con pila de combustible [estado de la tecnología del automóvil]