Ya es oficial, y ha sido confirmado por la Comisión Europea tras sesudos análisis con un Audi A6 en ciclo NEDC. Las luces largas, cortas y de matrícula en formato LED tienen un menor consumo energético que las convencionales y ese ahorro es perceptible en consumo de combustible y emisiones de CO2. Concretamente, el ahorro en dióxido de carbono emitido a la atmósfera alcanza 1 g/km.
El resultado de estas pruebas es que las luces LED han sido reconocidas oficialmente como tecnología innovadora para el ahorro de combustible, convirtiendo a Audi en el primer fabricante en obtener esta certificación. Seguirán otros, pero ya podemos decir que el ahorro de los LED implica una mejora real y medible en el consumo de un coche.
El resultado del test ha sido que las bombillas halógenas convencionales consumen 135W de potencia en iluminación para luz de cruce, mientras que los equivalentes LED se quedan en 80W. No parece mucho, pero multiplicado por las horas que pueden estar encendidas no deja de ser un ahorro energético relevante. Todo suma.
Además de esto, la luz que emiten es prácticamente blanca (como la luz solar) con lo que incrementan el confort en conducción nocturna, porque los objetos iluminados se perciben con sus colores diurnos, lo que también reduce la fatiga visual con respecto a los faros tradicionales.
Como último apunte, también podemos decir que la vida útil esperada de estos faros es la del coche, es decir, en teoría no habría que cambiarlos nunca ni realizar ningún tipo de mantenimiento. Sin duda esto está relacionado con la relativamente baja temperatura de funcionamiento que presentan con respecto a las bombillas de incandescencia, que se traduce en una menor contracción-dilatación de sus componentes, expuestos por tanto a una menor fatiga.
Eficiencia llama a eficiencia.
Fuente: The Green Car Website
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