Que la movilidad en las ciudades del futuro cambiará mucho y dará más protagonismo a nuevos sistemas de transporte colectivo parece seguro. Pero también es seguro que en ese paisaje de las ciudades del futuro el transporte privado seguirá estando presente aunque quizá a esas máquinas del mañana no les llamemos «coches» sino de otra manera. La semana pasada Hyundai dio a conocer la última variante de un concepto que muchos fabricantes han explorado antes, el vehículo mínimo de transporte individual. El Hyundai E4U es una especie de «huevo» con ruedas a caballo entre un Segway y un Isetta, capaz de desplazarse a 25 km/h y movido por un motor eléctrico. El vehículo, surgido de una competición interna llamada IDEA, es una vuelta de tuerca más al concepto de un transporte personal lo más pequeño posible pero suficientemente capaz como para cubrir amplias distancias dentro de una ciudad. ¿Una novedad interesante, o un puro divertimento?
El Hyundai E4U, el huevo de Corea
El concurso interno IDEA convoca desde hace tres años a los trabajadores del fabricante Coreano a presentar propuestas de movilidad para el futuro sin apenas límites en la imaginación y un cierto sentido lúdico. En la edición de 2013 las propuestas presentadas son a cual más curiosa: Un coche «volador» que flota gracias a unas turbinas que soplan contra el suelo, una rueda de repuesto que se transforma en bicicleta eléctrica, un vehículo portátil que se controla con la actividad cerebral, o una bicicleta movida con la energía del viento son algunos de ellos.
El proyecto estrella de IDEA 2013 es el E4U, un vehículo que la gente de Hyundai define como «un nuevo concepto de movilidad unipersonal para el futuro».
Según Hyundai el nombre del prototipo se debe a que su idea encierra cuatro letras E (en inglés): Huevo, evolución, electricidad y respeto con el medio ambiente. En cierta manera este vehículo es «Un Segway carenado», ya que el control del mismo se realiza con el movimiento del cuerpo, pero a diferencia de aquel el E4U cuenta con dos ruedas traseras que le aportan estabilidad y el piloto va más «dentro» que «encima» de él. Mide 1’08 m. de largo, 1’23 m. de alto y 0’92 m. de ancho y pesa 80 kg así que este transporte es tan pequeño que está pensado para transportar sólamente a una persona, preferiblemente por las zonas más intrincadas de las ciudades y a bajas velocidades. Aún así promete una velocidad punta de 25 km/h y es de suponer que la autonomía será más que suficiente para ese tipo de desplazamientos. Las ruedas traseras y parte de su «carrocería» pueden desmontarse para facilitar el aparcamiento reduciendo aún más su volumen.
Las cápsulas de transporte
Que en el futuro el transporte privado seguirá existiendo es tan irrefutable como el hecho de que cambiará su aspecto de forma radical. Desde hace tiempo los ingenieros se plantean la idea de las cápsulas mínimas de transporte, vehículos de dimensiones muy reducidas pero capaces de transportar a una persona más rápido que otros medios y con una alta eficiencia energética. Pero ¿Cómo puede un coche reducir su tamaño tanto como para convertirse en esto? Chris Bangle, director de diseño de BMW durante 17 años, escribió hace poco la novela «Peter Teuful, a tale of car design in three parts» en la que plantea un escenario futurista donde los coches se han convertido en una especie de robots asistentes. Pero no hace falta ir tan lejos ni fantasear. En su último libro antes de morir William J. Mitchell planteaba formatos de cápsula reducidos al mínimo en los concept del Media Lab del MIT, primos del Hiriko plegable que se desarrolla en Vitoria.
Si en el presente la tecnología de los coches del mercado ya permite frenar automáticamente, mantener la distancia o esquivar obstáculos es casi tanto como decir que estamos muy cerca de conseguir evitar los choques al menos a velocidades bajas. ¿No podrían estos vehículos librarse de toda la estructura de seguridad pasiva que los coches transportan por si sucede un accidente a alta velocidad? vehículos reducidos a los motores eléctricos, un asiento y una instrumentación básica son posibles para desplazamientos dentro de las ciudades o incluso en zonas concretas de las mismas.
El hecho es que la idea «está en el aire» para todos los fabricantes. El año pasado Toyota nos sorprendía con el concept i-Real, algo como un sillón con ruedas muy similar al E4U de Hyundai. El coche surgía también del anual concurso de ideas que la marca convoca, pero en este caso parece que tiene más recorrido. Su i-Road, del que hablamos aquí hace unas semanas, no es sino una exploración más realista de la idea de la «capsula» para desplazarse, cuya forma cada vez se aleja más de la del coche convencional, algo similar a lo que planteaba el EN-V, un concept que Opel presentó en 2010 y que era una especie de marquesina rodante. Incluso la propia marca alemana presentó en 2011 el e-Rak, un vehículo algo menos radical pero igualmente muy pequeño e innovador.
La idea de las cápsulas de transporte no es, sin embargo, patrimonio exclusivo de los fabricantes de coches. SkyTran es un sistema de transporte desarrollado en colaboración con la NASA que aúna las cápsulas individuales con un sistema guiado parecido al de un monorrail. Una serie de pequeñas cabinas que funcionan por levitación magnética transportan a los pasajeros a lo largo de una infraestructura elevada sobre el tráfico de las ciudades… al menos sobre el papel, ya que no se ha llegado a construir.
Pero ¿llegaremos a verlo?
Si nos limitamos a los datos, la idea de que en un futuro a largo plazo el transporte privado en las ciudades pase de ser un coche a ser máquinas parecidas al E4U resulta creíble. Los coches actuales son altamente ineficientes en ciudad porque derrochan capacidades y en su uso urbano pagan las consecuencias de estar también preparados para desplazarse a altas velocidades y largas distancias. Un vehículo adaptado para el transporte de una sola persona en distancias cortas y con una tecnología que le permita evitar choques podría tener una forma tan alejada de la de un coche como el E4U.
Hoy en día el mercado no parece preparado para recibir un vehículo así, y ni siquiera el Segway ha pasado de ser más que una anécdota para el transporte. Pero las ciudades sí que se han llenado en los últimos años de otro vehículo mínimo de transporte individual y alta eficiencia energética llamado «bicicleta», y esto demuestra que el embrión de la idea está ya entre nosotros, especialmente si pensamos en las bicicletas eléctricas de las que hablábamos hace unas semanas. Probablemente las bicicletas eléctricas evolucionarán hacia vehículos más complejos que serán sustancialmente distintos de lo que son ahora y más alejados de la primitiva bici. Los coches a su vez siguen probándose trajes distintos con resultados como el Twizy, Smart ó i-Road, e incluso las motos cambian de forma con inventos como la Lit Motors C1. Por tanto quizá no sea descabellado pensar que, después de todo, el coche del futuro en las ciudades no será un coche.
Fuente: Hyundai
Fotos: Hyundai | GM Media | Lit Motors
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