El remplazo de las baterías de un Tesla Model S en 90 segundos ya es técnicamente posible, como se ha encargado de demostrar el mediático Elon Musk en el vídeo que os ofrecemos más abajo. Cronómetro en marcha y en directo, podemos observar cómo es posible «recargar» no uno sino dos Tesa Model S en menos tiempo del que se tarda en llenar el tanque de un Audi A8.
Es cierto que el repostaje de gasolina no es precisamente rápido, pero hay que reconocer que un minuto y medio es un tiempo extremadamente razonable para recuperar los 500 km de autonomía de los que dispone el Model S en su versión más cara. Esta modalidad, que supera con mucho los tiempos de recarga rápida de las estaciones gratuitas de Tesla, abre la disyuntiva para los propietarios del coche entre recargar más rápido o recargar gratis. ¿Empezamos a ver soluciones reales a la movilidad eléctrica?
Son varios los problemas que presentan los coches eléctricos frente a sus homólogos térmicos, pero siempre están relacionados con las baterías: coste, capacidad y velocidad de recarga. Si fuese posible resolver la velocidad de recarga de forma satisfactoria, quedaría en gran parte resuelta también su falta de autonomía o, más exactamente, su baja densidad energética.
La cuestión es que si podemos recargar la energía al completo en poco más de un minuto y disponemos de intercambiadores del mismo modo que hoy tenemos gasolineras, el hecho de que podamos transportar poca energía en el coche perdería gran parte de su importancia. Podríamos viajar a cualquier distancia, aunque fuese parando cada 100 km (cada muchos más en un Model S). Sería un poco latoso hacer tantos descansos, pero no dejaría de ser un problema menor comparado con la actual recarga en horas y consecuente imposibilidad para largas distancias.
El coste de un remplazo sería de entre 60$ y 80$ (entre 45€ y 60€ al cambio actual) y el coste para Tesla de cada estación de remplazo se iría a los 500.000$ (de nuevo, unos 375.000€). Por supuesto que este sistema tiene sus inconvenientes aparte del coste, pero de entrada lo que pone sobre la mesa es una solución muy buena y técnicamente razonable, además de la comodidad para el usuario que tan sólo tiene que posicionar el coche sobre la máquina que le cambiará las baterías de forma automática sin siquiera bajarse.
Tal vez la mayor pega que tiene este sistema es que las baterías que compramos con nuestro Model S, totalmente nuevas y en perfectas condiciones, se quedarían en la primera estación de intercambio siendo remplazadas por otro pack cuyas condiciones de mantenimiento y antigüedad son una incógnita. Tesla ha pensado en ello y nos ofrece varias alternativas como solución.
* Opción 1: recuperar nuestra propia batería original totalmente recargada en la siguiente visita (a la vuelta del mismo viaje) y por el mismo precio de la primera recarga.
* Opción 2: pagar o cobrar por la diferencia de valor entre la batería que dejamos y la que recogemos, una cantidad por determinar en función de la diferencia de edad entre ambas.
* Opción 3: que nos manden a nuestro servicio oficial más próximo nuestra batería original para volver a montarla cuando queramos, asumiendo nosotros el coste de transporte.
Por lo demás, el precedente de Better Place no es demasiado alagüeño intentando hacer lo mismo de forma independiente, pero hay que reconocer que Tesla va cumpliendo sus promesas una a una con una brillantez y una velocidad de las que pocos fabricantes pueden presumir.
Por lo que a mí respecta, enhorabuena a Tesla y ojalá que la idea tenga sentido económico y lo veamos por Europa muy, muy pronto.
Fuente: Tesla | Autobloggreen | Forbes
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