La repercusión de Tesla como firma comienza a ser preocupante. En esta ocasión hablamos de un suceso acontecido el pasado Martes 1 de Octubre donde un Tesla Model S accidentado sucumbió pasto de las llamas por culpa de un accidente con un objeto metálico de proporciones y detalles desconocidos. Rápidamente, nada más conocerse el suceso de un coche eléctrico en llamas, medios nacionales e internacionales se hicieron eco del hecho trasladando de nuevo la incertidumbre sobre la seguridad del coche eléctrico a baterías.
La primera repercusión de este suceso, que no supuso ningún daño personal o material más allá del incendio del vehículo, fue lastrar las acciones de Tesla Motors en el índice Nasdaq con unas bajadas de más del 6%. Bajada que todavía ofrece cierta incertidumbre en los inversores que a 4 de Octubre mantienen el valor de las acciones de la compañía en una bajada de casi 20 puntos, 174,50 $ al cierre de esta jornada.
El Tesla Model S en llamas consigue quemar el auge bursátil de Tesla
Los detalles del accidente aún están por indetificarse de forma precisa en lo que parece haber sido una sucesión de mala fortuna y falta de respuesta a la altura de las circunstancias. Recordemos que el Tesla Model S goza en estos momentos de la máxima puntación en los test de colisión realizados por la NHTSA. Es el coche más seguro de todos los evaluados con una puntuación muy sobresaliente donde destacan el diseño de su plataforma gracias a la condición de ser un vehículo eléctrico a baterías.
El conductor del Tesla Model S sufrió un impacto con un objeto metálico, entendemos que de dimensiones cosniderables, que provocó que el vehículo solicitara al conductor apartarse de la carretera al detectar un fallo anómalo del sistema. Acto seguido, el coche comenzó a arder en su zona frontal.
El problema de este asunto viene tras analizar la respuesta de los bomberos al intentar sofocar el incendio con agua, una acción que provocó que los posibles daños ya presentes en el acumulador se convirtieran en caldo de cultivo para agravar el incendio y las reacciones químicas derivadas de la exposición de las celdas de Ion-Litio al agua y altas temperaturas. Acto seguido, se hizo uso de un material específico para sofocar este tipo de incendios de origen químico, posibilitando dar por finalizado el incendio.
¿Es más seguro un coche eléctrico que uno convencional?
La pregunta se formula una y otra vez, ¿Es acaso más seguro un coche a gasolina que un eléctrico? No, ni mucho menos. Las baterías de modelos como el Tesla Model S están diseñadas para soportar graves impactos en su estructura sin llegar a tener contacto con el exterior del pack o líquidos contenidos en el propio vehículo como el fluido refrigerante. Precisamente, la NHTSA ha invertido grandes esfuerzos en revisar las baterías de estos coches eléctitricos tras las pruebas de colisión para corroborar que son tan seguros como cualquier otro vehículo.
De este modo llegamos a la conclusión de que, quizás, el verdadero problema siga siendo la falta de un protocolo de actuación estandarizado en el caso de vehículos eléctricos. La NHTSA ya trabaja, junto a otros organismos, en realizar un protocolo de actuación específico que permita identificar rápidamente a los vehículos eléctricos para afrontar sus incendios con soluciones específicas.
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