Si pensabas que para determinar que un coche es ecológico bastaba con que este tuviera unas emisiones muy bajas o incluso nulas, en el caso de los eléctricos, no podías estar más equivocado. Aún hay más. Aunque considerases el coste y la facilidad de su reciclado, seguirías estando errado. Obviamente, buena parte de las emisiones asociadas a un turismo provienen de su producción y no solo del consumo energético aparejado a su ensamblado en una planta, sino también al derivado de la construcción y el transporte de cada pieza.
Hablando con el director de una fábrica española me reconocía que calcular la huella de CO2 de la producción de un coche es prácticamente imposible (o al menos muy complicado), por lo que habitualmente se considera el consumo energético de su ensamblado final. Pensemos en un coche fabricado en España, con una pieza que se produce a veinte kilómetros de la factoría y tiene que viajar al centro de Europa para un proceso especial de pintado, para después regresar a España y que ese coche tenga que viajar de nuevo a un cliente final en Alemania. Difícil de calcular ¿no?
SEAT anuncia la instalación de la mayor planta solar de la industria del automóvil, suficiente como para cubrir las necesidades energéticas del 25% del ensamblado del SEAT León. Sigue siendo un coste parcial de su huella de CO2, pero no por ello la noticia es menos alentadora.
SEAT al Sol: la superficie de 40 campos de fútbol en paneles solares
El proyecto SEAT al Sol ha puesto en marcha la instalación de 53.000 paneles solares, 276.000 m2 de superficie (como 40 campos de fútbol) que abastecerán de energía a su fábrica de Martorell. Estos paneles solares se han instalado en las cubiertas de los talleres y en las campas de almacenamiento provisional de los vehículos. En total hablaríamos de 11 MW de potencia nominal y 12 MW de potencia pico, unos 15 millones de kWh anuales o, en otras palabras, un 25% de la energía necesaria para los trabajos de ensamblado del SEAT León que se realizan en Martorell.
Para hacernos una idea de lo que representa un campo solar como este, una central nuclear «moderna», de las construidas en España a partir de los años ochenta, produce más de 1.000 MW constantes (día y noche y sin paradas), mientras que una central térmica a pleno rendimiento estaría en el orden de unos cientos de MW.
SEAT también nos detalla la importancia de las líneas de tren que cubren los trayectos de suministros y el transporte de los vehículos ensamblados, entre la Zona Franca de Barcelona (Cargometro) y Martorell, y Martorell y el Puerto de Barcelona (Autometro). Estas líneas ahorrarían unos 50.000 trayectos en camión y unas 2.000 toneladas de CO2 a la atmosfera.
Otra de las facetas más importantes de la fábrica de Martorell, y la razón por la cual la factoría dispone de los certificados ISO 50001 y 14001 y asegura que genera buena parte de la electricidad y de la energía térmica que consume, se debe a la presencia de una planta de cogeneración integrada. También existen acuerdos entre SEAT y ACCIONA para garantizar que el resto del suministro eléctrico que se compra provenga de fuentes renovables.
Como ya veis, el ejemplo de Martorell nos recuerda que – más allá de las emisiones homologadas del vehículo – la huella de CO2 de un coche en su proceso de fabricación es muy extensa. Con los costes energéticos de la fábrica habríamos cubierto una buena parte, pero no todo el consumo de energía asociado a la producción de un vehículo.
Fuente: SEAT
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