¿Acostumbrado a recargar tus gadgets allí donde ves un enchufe? Pues cuidado, porque recargar tu coche eléctrico en cualquier enchufe que te encuentras te podría salir bastante caro, tanto como a Kaveh Kamooneh que fue detenido en Georgia, EE.UU., durante un periodo de 15 horas acusado de robo de electricidad al conectar su Nissan Leaf a un enchufe del colegio por un tiempo de 20 minutos.
Kaveh Kamooneh fue acusado de robo al interpretar el policía que lo detuvo que, la acción de recarga constituía un delito de robo, al no tratarse de un punto de recarga en propiedad por el detenido o tan siquiera cedido para ese fin por el propietario de la infraestructura. Pero el problema real que llevó a interpretar esta acción como un delito no fue otro que la apreciación del policía sobre el coste que supondría la recarga del Nissan Leaf debido a la alta capacidad energética que ofrecen sus baterías.
¿Es cualquier enchufe un punto de recarga?
Podemos catalogar este suceso como una simple anécdota de cómo la implantación del vehículo eléctrico a baterías necesita de importantes avances de la sociedad en el entendimiento y la comprensión de qué es y qué supone desplazarse en un vehículo eléctrico. Restándole importancia al asunto podemos ver el gesto del propietario como una simple acción de aprovechamiento puntual de una infraestructura, ni más, ni menos.
Sin embargo, justo es admitir que la picaresca juega muy en contra de la evolución del vehículo eléctrico en la sociedad a la sombra de la idea de más de uno y de dos, en la que cualquier enchufe que no sea el nuestro puede convertirse en un excelente punto de recarga donde conseguir energía gratis.
Nuestra vieja conocida, la picaresca
El uso de electricidad como energía para la propulsión convierte a cualquier enchufe en candidato ideal como punto de recarga, más aún cuando ese enchufe al que queremos conectarnos rinde cuentas a nombre de otra persona.
Creo no equivocarme al entender el suceso desde ambos puntos de vista, destacando lo absurdo de la consideración robo por un importe medido en centavos de dólar, pero comprendiendo que ha de existir una línea roja capaz de diferenciar dónde el vehículo podrá y no podrá recargar para evitar que los propietarios de vehículos eléctricos conviertan cualquier enchufe del vecino en punto de recarga gratuito.
Fuente: The Verge
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