Una vez conocido el planteamiento y los detalles del Mitsubishi i-MiEV en la primera parte de esta prueba, toca adentrarse en la verdadera protagonista de esta toma de contacto en profundidad: la infraestructura. ZEM2ALL cuenta con 23 puntos de recarga rápida CHAdeMO ubicados en diferentes zonas de la provincia de Málaga. Durante la prueba hicimos uso de los mismos además de la recarga convencional y, aunque solo sea por el factor psicológico, el respaldo de la infraestructura hace ver con otros ojos la adquisición de un eléctrico.
A finales del pasado año 2013, ZEM2ALL anunció la apertura de la red de puntos de recarga rápida al público, un anuncio que ha sido muy bien recibido por el colectivo de propietarios pero que ha visto en el precio de 6€ por recarga un hándicap a tener muy en cuenta. Durante la prueba que realizamos en Tecmovia sobre el Mitsubishi i-MiEV, ZEM2ALL permitía a los usuarios realizar infinitas recargas rápidas de forma gratuita con la única salvedad de la precaución por el estrés que puede causar a las baterías.
La recarga rápida como complemento de confianza
Los 23 puntos de recarga rápida instalados por ZEM2ALL están compuestos por diferentes modelos desarrollados por Mitsubishi e Hitachi. Todos comparten el protocolo de recarga CHAdeMO y dentro de los mismos podemos encontrar puntos de recarga con toma directa a la red, con reparto energético modular o con baterías para conseguir una potencia de suministro mayor para el vehículo con un menor impacto sobre la red. Las potencias de los diferentes puntos alcanzan 15, 30, 33, 45 y 50 kW en corriente continua.
Un servidor ha hablado largo y tendido con responsables del proyecto antes y después del anuncio del cobro de las recargas rápidas para poder relatar el uso real que hacen los usuarios. La realidad es que la amplia mayoría de los 162 i-MiEV en circulación apenas han realizado unas pocas recargas rápidas durante el primer año de vida del proyecto ZEM2ALL, dejando latente que las necesidades de autonomía reales son superadas con creces por la capacidad de un eléctrico como el i-MiEV.
El uso reiterado de la recarga rápida se ha dado en algún usuario puntual, pero a grandes rasgos se puede decir que la recarga rápida actúa más como punto de auxilio en momentos críticos que como paso obligado en nuestro trayecto habitual.
Así, gozar de acceso a puntos de recarga rápida, sobre todo cuando su uso es gratuito, añade al conductor de un vehículo eléctrico un extra de confianza. Durante la prueba pudimos observar como algún que otro participante echaba mano del conector CHAdeMO gratuito con la excusa del «por si acaso» y del «siendo rápido y gratis pues…»
Con la apertura de la red al público y el cobro de los ya famosos 6€ por recarga se reducirá el uso de la infraestructura, aunque desde ZEM2ALL se me apuntó que la decisión final sobre el cobro está aún abierta a modificaciones.
Adaptándose a las necesidades de un eléctrico
La recarga lenta es la verdadera recarga para el día a día, sólo que a los mandos de un eléctrico tenemos que acostumbrarnos a manejar cierta previsión de nuestros trayectos y a aprovechar todos los tiempos muertos en los que el vehículo está estacionado.
El primer paso es hacerse a la idea de que el vehículo debe estar conectado a la red toda vez que éste permanezca estacionado, siempre y cuando sea posible y sin forzar situaciones ridículas como el arresto del propietario de un Leaf acusado de robo energético. Según nuestras estimaciones, con cada hora de recarga lenta el i-MiEV consiguió restaurar en torno a 17 Km de autonomía real cumpliendo tensión de 230 Voltios e intensidad de 10 Amperios.
Pensado el Mitsubishi i-MiEV como ese segundo vehículo del hogar diseñado para afrontar el día a día y cubrir nuestras necesidades de desplazamiento, su autonomía de hasta 130 Km reales en tráfico urbano y 90-100 Km en vías rápidas permite adaptarse a muchos perfiles de comprador. Aunque eso sí, tocará hacer números sobre la energía que nos hará falta para cubrir nuestras necesidades, pues la disponibilidad de conector de carga en origen y destino condiciona mucho la compra de un eléctrico.
Un ejemplo claro de todo este lío de condicionantes lo tenemos en las rutas habituales para ir al trabajo. Si con menos de 60-70 Km en ciudad alcanzas para llegar a tu puesto de trabajo, sólo necesitarás de el enchufe de tu plaza de garaje. Si por el contrario necesitas más autonomía o afrontar vías rápidas, será obligatorio buscar un enchufe cerca de tu lugar de trabajo para recargar el i-MiEV.
ZEM2ALL: un oasis en el desierto eléctrico español
Los líos de autonomía y búsqueda de puntos de recarga son menos cuando la infraestructura está ahí sea cual sea el proveedor o el gestor. Con el fracaso del proyecto Movele en ciudades como Madrid por culpa de una gestión cuanto menos criticable, España sigue a la cola de Europa en el impulso de la movilidad eléctrica.
La recarga rápida es necesaria como formato de auxilio en un primer despliegue, pero más allá debe entenderse como necesaria y obligada para llegar a todos los usuarios que están pensando en hacerse con un eléctrico y la dependencia de un único enchufe no les permite ir más allá.
Aparcamientos públicos, estaciones de servicio e incluso zonas de aparcamiento exterior delimitadas son a todas luces escenarios más que correctos para el desarrollo de una red de puntos de recarga convencional con disponibilidad de recarga rápida. Aquí también hay que recordar que el aparcamiento es un lujo en las ciudades modernas, por lo que de nuevo es la infraestructura de acceso público la que puede multiplicar la repercusión de la movilidad eléctrica y facilitar un poco las cosas.