En una apuesta por reducir drásticamente las emisiones generadas por el transporte público en las calles de Londres, el alcalde de la capital de Reino Unido ha dado a conocer los detalles de una iniciativa que obligará a que todos los taxis en circulación a partir del 1 de Enero de 2018 se pasen a fórmulas de propulsión de cero emisiones.
La iniciativa cuenta ya con el respaldo de cinco fabricantes automovilísticos de cara a impulsar la total reconversión del parque de taxis presente en la capital. Frazer-Nash, Nissan, Karsan, London Taxi Company y Mercedes-Benz son las firmas que están en estos momentos dando a conocer sus propuestas basadas en movilidad eléctrica y estando permitidas variantes de propulsión eléctrica asociadas a extensores de autonomía.
¿Hablamos de cero emisiones reales?
Según la oficina de transporte de Londres como responsable de la gestión de este proyecto, el 80% de las emisiones de la ciudad son responsabilidad directa del transporte rodado, destacando el 30% del total generadas por los míticos taxis de la capital inglesa.
Uno de los grandes retos de este proyecto no será otro que el desarrollo y expansión de la infraestructura de recarga. Londres en la actualidad cuenta con un parque de 1.800 puntos de recarga que sitúan a la capital a la vanguardia de la electromovilidad en Europa, sin embargo y dado los planes de crecimiento que se barajan con esta reconversión de la flota de taxis, Londres pretende llegar a los 6.000 puntos de recarga en la vía pública para el año 2018 con una extensión de la infraestructura dedicada en exclusiva al uso por parte del transporte público.
La iniciativa de cero emisiones que será una realidad en la Londres de 2018 se antoja como una fórmula que pronto será adquirida por otras capitales europeas bajo idéntico pretexto de reducción emisiones. Pero no por ello conviene olvidar que este plan deja en el aire la procedencia real de la energía eléctrica que será consumida por esta nueva flota de taxis eléctricos, haciendo cuanto menos cuestionable el objetivo de cero emisiones que defiende el proyecto.
Aunque a menudo la propulsión eléctrica se asocia con el concepto cero emisiones, esta afirmación es cuanto menos cuestionable sin analizar la procedencia real de la energía eléctrica que será consumida. De este modo, aunque una flota de vehículos eléctricos inunden el centro de una ciudad, si la energía eléctrica consumida no es de origen 100% renovable, sólo estaremos hablando de un traslado geográfico de la contaminación.
Fuente: TFL
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