La comunicación V2V (vehicle-to-vechicle) podría ser obligatoria en EE.UU. para los automóviles de nueva fabricación. Esta idea no es nueva en norteamérica y de nuevo es la NHTSA la encargada de apostar por esta medida como recurso para reducir drásticamente el número de accidentes en carretera. El protocolo V2V se instalaría de serie en todos los vehículos de nueva factura, pudiendo establecer comunicación con vehículos e infraestructuras en tiempo real.
Según diferentes datos hechos públicos en informes sobre el potencial de la tecnología de comunicación V2V, la implantación de la tecnología conseguiría reducir el número de accidentes en un 80%. El objetivo de esta tecnología es el introducir un filtro de seguridad trabajando en segundo plano capaz de actuar una vez se detecte un posible riesgo de colisión o atropello por causas como la distracción, la falta de visibilidad o el fallo humano.
Comunicación V2V: el siguiente gran avance en seguridad
En la actualidad, los protocolos Car2Car y Car-to-X son los formatos más defendidos por fabricantes y con mayor respaldo por parte de firmas de toda clase y condición relacionadas con el sector de la automoción. Firmas como Volvo, Ford, Honda, BMW o Mercedes-Benz se encuentran a la cabeza en la experimentación sobre estas tecnologías de comunicación, destacando el especial hincapié que están realizando en la implantación de la comunicación V2V para mejorar las posibilidades de los sistemas de frenada autónoma de emergencia.
La propuesta norteamericana basa su recomendación en la mejora que la comunicación V2V ofrece a los sistemas de frenada automática y a la alerta sobre situaciones de emergencia, especialmente cuando estos sistemas se introducen en escenarios con falta de visibilidad. Un ejemplo muy esclarecedor de las posibilidades de la tecnología es el Electronic Brake Light de Ford o el asistente para semáforos desarrollado por Audi.
El factor económico es sin duda una de los principales hándicaps con los que cuenta la tecnología, además de la necesidad de adaptación de las infraestructuras. El coste de la implantación de estos sistemas de comunicación en vehículos de nueva fabricación supondría un sobrecoste por modelo de entre 74 y 150 euros.
Por otro lado tampoco podemos olvidarnos de la necesidad de encontrar un estándar global para este protocolo y de la necesidad de encontrar un alto nivel de seguridad en el cifrado de la información transmitida para evitar la intromisión de terceros.
Fuente: Wired
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