El movimiento de liberación de patentes que inauguró Tesla ha creado escuela, provocando que ahora sea Ford la que tienda la mano al resto de fabricantes al confirmar la liberación de más de 650 patentes relacionadas con propulsión eléctrica. El movimiento de Ford no será tan altruista como el que llevó a cabo Tesla, pues Ford sí ha puntualizado que existirá un mínimo coste, aunque el objetivo de Ford es promover un impulso de la investigación y el desarrollo centrado en el vehículo eléctrico de cara acelerar su expansión comercial.
Parece que los fabricantes comienzan a darse cuenta de que el excesivo celo en tanto a sus investigaciones estaba dilapidando una apuesta que esconde un enorme potencial. Cierto es que la ventaja técnica de un fabricante frente a otro puede valorarse en miles de millones de euros, sin embargo, en un mercado donde cada fabricante a duras penas consigue rentabilidad a la hora de vender coches eléctricos, era más que necesario alcanzar algún tipo de acción radical para reducir los costes.
Ford no ha entrado en confirmar los precios que impondrá al uso de sus patentes, aunque teniendo en cuenta que el mercado cuenta con el grueso de los fabricantes apostando por su propia tecnología, será de esperar que esos costes sean puro trámite. Uno de los datos que además señala Ford es el hecho de que tienen en proceso el registro de más de 1.000 patentes relacionadas con propulsión eléctrica, lo cual supone todo un aliciente.
De los movimientos de Tesla, BMW y Ford se extrae un mensaje claro. La industria comienza a ver al coche eléctrico como una alternativa real por la que poder apostar, tomando conciencia de que el objetivo de abaratar costes solo es posible si la tecnología llega a nuevos fabricantes y gamas. La aplicación de nuevos procesos y el establecimiento de acuerdos para el uso de estas patentes será un importante recorte de tiempo y costes en el proceso de desarrollo de numerosos fabricantes.
Fuente: Ford
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