No es una máquina apta para todos los públicos. Aunque Pat Doran, estrella del rallycross británica no es precisamente un mal piloto. Pero incluso con un buen piloto a los mandos, un coche como el Ford RS200 es capaz de morder. Sucedió en la infame Molecomb, la curva que más coches se ha «comido» en Goodwood. Un error de cálculo llevó a este Grupo B de al menos 600 CV a pisar la hierba, y aunque parecía que Doran tenía controlado el derrapaje, se quedó sin espacio e impactó fueremente contra las protecciones. Por suerte, los daños serán en su mayor parte cosméticos, quizá con algunos componentes de la suspensión afectados.
En cualquier caso, es doloroso de ver.