La pasión por una marca es algo que, de una u otra forma, se acaba transmitiendo de padres a hijos. Es tan habitual ver hijos rubios, de padres rubios, como que estos conduzcan coches de la misma marca que sus progenitores. También es cierto que los viajes que hacemos de pequeños suelen dejar gratos recuerdos, asociados a menudo al propio coche. Y esos recuerdos también han de influir en el momento de llegar al concesionario y comprar un coche. ¿Pero qué me dices si te cuento que cada miembro de esta familia austriaca conduce un BMW Serie 3 diferente de la segunda, la tercera y la cuarta generación?
En esta familia hay de todo. La madre de la familia disfruta de un E30 Convertible, y un E46 Touring, más práctico para el día a día. Su hija conduce un producto más juvenil, un E36 Compact. El hijo pequeño aún no dispone de carné de conducir, pero su padre ya espera que siga sus pasos y acabe aprendiendo a conducir con un E30, que tampoco está nada mal para empezar, ¿no crees?
Y el padre de la familia también tiene ojito derecho, un E30 Touring rojo. Un coche que le gustaba tanto que, no conformándose con uno, compró dos. Para el día a día también disfruta de un E46 Touring, siguiendo el ejemplo de su mujer.