Te preguntarás que por qué nos hacemos esta pregunta, primero. Y segundo, porque alguien está dispuesto a comprobarlo. Y nosotros decimos, ¿y por qué no? Un carrito de la compra no ha de estar preparado para resistir un choque a 117,8 km/h. Ni mucho menos. Pero sí forma parte de algunas de las pruebas a las que se somete a ciertos componentes de un coche antes de llegar a los concesionarios. El mejor ejemplo lo tenemos en los Airbumps de Citroën, una idea inteligente para evitar que la carrocería de nuestro coche se dañe al recibir el impacto de un carrito, las puertas de otro coche en un aparcamiento, etcétera. Pero en este centro de pruebas de impacto tuvieron la brillante o, mejor dicho, descabellada idea, de comprobar qué sucedía al estrellar un carrito a 117,8 km/h. El resultado, como cabría de esperar, escalofriante.
Fuente: DTC-AG.ch