Porque al menos se ha estrellado haciendo lo que debería hacer: correr en circuito con otros valiosísimos clásicos. Ocurrió en el Goodwood Revival, y fue el resultado de la inesperada frenada de otro Ferrari. El precioso Ferrari 250 GTO/64 de Andy Newall trató de evitar la colisión y perdió el control del coche, que se deslizó sobre la hierba y terminó impactando contra las protecciones del circuito. A pesar de tener su lateral claramente dañado, pudo conducirlo hasta uno de los lados de la carretera. ¿Las buenas noticias? Que será reparado y volverá a dar guerra el año que viene. Como un coche así debería hacer.
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Aunque es técnico en comercio internacional de formación, los coches han sido su pasión (incluso obsesión) desde que apenas levantaba un metro del suelo y sus padres le regalaron un Ferrari rojo a pedales. Su afición se ha profesionalizado en Diariomotor, donde está presente desde 2008. Seguir leyendo...
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