Frankenstein estaba hecho a trozos, retales de otros humanos, unidos en un mismo cuerpo. Este Jeep Willys es similar. En sus entrañas late un motor 5.3 Vortec V8 de origen General Motors – comprado en un desguace – que ha sido doblemente turboalimentado por dos caracolas Borg Warner. Con una potencia estimada en unos 760 CV y un par motor superior a los 1.000 Nm, es capaz de hacer el cuarto de milla en 10 segundos bajos. Su carrocería son retales, piezas fabricadas a mano y componentes de otros coches. Pero con un peso de 1.500 kilos… ¡vuela!
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Aunque es técnico en comercio internacional de formación, los coches han sido su pasión (incluso obsesión) desde que apenas levantaba un metro del suelo y sus padres le regalaron un Ferrari rojo a pedales. Su afición se ha profesionalizado en Diariomotor, donde está presente desde 2008. Seguir leyendo...
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