Es lógico que nos preocupemos de nuestro coche cuando está alejado de nosotros, aparcado en un lugar público, o incluso mientras está siendo reparado o está pasando su mantenimiento en el taller. Pero definitivamente no es habitual que un coche sea robado en el propio taller, en horas de trabajo y mientras los mecánicos pasan a su lado realizando sus tareas cotidianas.
Sucedió en Australia esta semana. Y la policía trabaja ahora para buscar el coche y detener al ladrón que, sin ningún problema, entró en el taller, se subió al coche, encendió el motor, y se marchó con él, ante la perplejidad de los allí presentes. Razón por la cual han publicado este vídeo de una cámara de vigilancia en el que se ve la parsimonia con la que el ladrón se llevó el vehículo.
El coche en cuestión es un Holden Commodore rojo, una berlina ejecutiva de Holden, la filial de General Motors en Australia, y la marca bajo la que se comercializan en el país productos como el Opel Astra. Un sedán que se comercializa con motores V6 y V8, este último en su versión más deportiva, la SS.