Las competiciones de aceleración en línea recta pueden parecer un juego de niños, pero cuando se trata de controlar un misil tierra-tierra de 720 CV de potencia, también pueden ser la receta perfecta para un desastre. El misil en cuestión es un Shelby Mustang GT500, de pilotaje notablemente complicado ya con sus 662 CV de serie. Al otro lado del ring tiene a un Ford Focus ST preparado, al que casi se lleva por delante cuando pierde el control al pasar de primera a segunda: demasiada potencia y sobretodo, demasiado poco control.
Vídeo destacado del Ford Focus
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Aunque es técnico en comercio internacional de formación, los coches han sido su pasión (incluso obsesión) desde que apenas levantaba un metro del suelo y sus padres le regalaron un Ferrari rojo a pedales. Su afición se ha profesionalizado en Diariomotor, donde está presente desde 2008. Seguir leyendo...
Ford Mustang
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