Érase una vez en Italia, un aficionado a las Vespa que se dedicaba a retocar su mecánica hasta el extremo. Motores de dos tiempos y un solo cilindro, aplicaciones de altas prestaciones con escapes muy poco restrictivos y enormes carburadores para potencias superiores a los 30 CV. ¿Qué ocurre cuando se montan dichas bombas de poco más de 125 cc en el cuerpo de una antigua Vespa 50 Special? Que algún que otro motorista descuidado puede recibir un adelantamiento tan humillante, que le haga abandonar de por vida el mundo de la moto.
Atentos al momento «thug life» al final del vídeo.