Los motores de BMW son desde siempre motores muy bien aprovechados y que han contando a medida que ha pasado el tiempo con constantes innovaciones, con lo que podría pensarse que habitualmente no sería necesario sacarles más partido. LUMMA Design cree que sí y que ésto debe traslarse hasta los grandes motores diésel también. Dicho y hecho éste es el CLR X530, otra forma de ver el BMW X5 con el motor diésel biturbo.
El aumento de prestaciones es considerable en el 3.0 twin-turbo diésel, aumentando su potencia desde los 286 hasta los 330 Cv. Su par máximo también se eleva hasta los 660 Nm, gracias a los clásicos cambios en admisión y escape (filtro de aire deportivo y salida de gases de mayor caudal) más una reprogramación de la ECU.
“Blanco que te quiero blanco”. El color predominante en absolutamente toda la carrocería y en las llantas de 20” provoca una sensación tan angelical como la del Q7 V12 TDi. El formato de los paragolpes cambia significativamente, acogiendo además el trasero un nuevo difusor y el delantero un nuevo “enrejado” para la mayor entrada de aire (nada malo desde luego para el crecido motor).
En el interior aparecen pequeños detalles de la marca preparadora, como en las alfombrillas o en los pedales de aluminio, además de otros elementos como el tapizado en color crema. Por supuesto, se puede personalizar a mayores con un capó en fibra de carbono, un alerón trasero, cubiertas para los faros delanteros, retrovisores más aerodinámicos, etc.
Vía: motorauthority
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