Nürburgring Nordschleife no es sólo el lugar elegido para las pruebas de los futuros vehículos convencionales o de los deportivos, en la búsqueda del mejor tiempo en “El infierno verde”, sino que también es el punto perfecto para poner a prueba los avances en propulsión alternativa a los combustibles fósiles. Estas pruebas, donde importa el resistencia y la fiabilidad de los vehículos, tanto eléctricos puros como de hidrógeno, también sirven para medir el rendimiento de los prototipos.
El Nissan X-Trail FCV es uno de los últimos prototipos testeados en el famoso circuito y, por sus características y las circunstancias del modelo, es un hecho bastante excepcional. Primero porque es uno de los primeros vehículos propulsados por hidrógeno que recorre los 20.8 kilómetros de trazado de la pista y segundo porque lo ha conseguido en un tiempo muy interesante, sobre todo porque la pista estaba mojada a causa de las lluvias. Aún así y sin experimentar una conducción muy agresiva Frank Eickholt, miembro del Nissan 24 Hours Nürburgring, ha marcado un tiempo de 11 minutos y 58 segundos.
Este hecho hace sin duda mejorar las expectactivas del X-Trail FCV, un prototipo que ha costado 1.3 millones de euros y que sirve para ir testando de cara al futuro la explotación del hidrógeno como generación de energía eléctrica para la propulsión. Motor totalmente silencioso y emisiones contaminantes también “silenciosas”, pues no se emite ni una sola partícula de CO2 durante la propulsión. La base científica para la generación de energía es muy sencilla: la electricidad se genera gracias a la reacción entre oxígeno y el hidrógeno, contenido en un depósito a 700 bares de presión. Los deshechos generados, al contrario que en la combustión tradicional, son únicamente partículas de agua en estado gaseoso.
La energía generada se almacena en una batería de ión litio con celdas laminadas, que genera electricidad para el arranque del vehículo y para la aceleración del mismo. Como en muchos otros prototipos del estilo, se utiliza un sistema que regenera la energía a partir de la deceleración del vehículo.
Hasta ahora, los ingenieros de Nissan han conseguido mantener en funcionamiento este prototipo FCV durante un máximo de 500 km y a una velocidad máxima de 150 km/h, datos que ya lo encuadran cercano a una exigencia estándar de mercado en cuanto a duración de la “carga” y velocidad. El motor eléctrico instalado es capaz de producir una potencia máxima de 120 Cv y un par motor superior de 280 Nm.
Viendo estos datos, aún queda mucho por trabajar en materia de propulsión gracias al hidrógeno. La línea de Nissan continúa en aumentar la autonomía del prototipo, mejorar la seguridad del almacenamiento del hidrógeno y conseguir unos costes de aplicación reales y eficientes para la entrada al mercado de este tipo de vehículos. ¿Conseguirá el fabricante japonés poner a nuestro alcance puestos de repostaje de hidrógeno?
Vía: automotoportal
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