El nuevo Seat Ibiza es un producto extremadamente importante para Seat. El 50% de las ventas totales de la marca corresponden al utilitario. Este año tocaba su renovación completa y los de Martorell se han esforzado al máximo para ofrecer un coche que mejore a su predecesor en todos los aspectos, manteniendo los precios bajo control. El resultado, avalado por crítica y público es muy positivo: el nuevo Ibiza está a años luz de su predecesor.
Sus ventas van a ser cuantiosas, y puede que estés pensando en hacerte con un Ibiza o un utilitario similar, así que en Diariomotor os ofrecemos una prueba del Ibiza 1.9 TDI 105 CV Sport en su versión de cinco puertas. Esta versión combina practicidad con un toque estético deportivo y un amplio equipamiento. No me equivoco si afirmo que será una de las combinaciones de carrocería y motor que aglutinarán la mayoría de las unidades vendidas. Continúa leyendo tras el salto.
Seat Ibiza 1.9 TDI 105 CV Sport, primera parte»/>
Motor, transmisión e impresiones dinámicas
Bajo el capó del bonito Ibiza late un viejo conocido: el motor 1.9 TDI de 105 CV del Grupo VAG. El propulsor lleva dando guerra desde los años 90 pero no muestra signos de fatiga. Su habitual traqueteo intenso al ralentí se percibe amortiguado desde el primer momento, el aislamiento es desde luego superior a la ruidosa generación previa. Su potencia de 105 CV se alcanza a las 4.000 rpm y su par máximo de 250 Nm se entrega a 1.900 rpm.
El funcionamiento del motor es conocido: al contrario que la entrega de potencia progresiva del Honda Accord 2.2 i-DTEC, aquí tenemos una entrega de potencia brusca y contundente. Por debajo de 1.800 vueltas se muestra perezoso, hay que pisar con decisión el acelerador para una buena respuesta. Una vez superas las 2.000 rpm el turbo empieza a soplar con fuerza, mostrándose pletórico y contundente hasta las 4.000 rpm.
A algunos les gustará este modo de funcionamiento y a otros no, pero en lo que todos estarán de acuerdo es en el bajo consumo de combustible del motor de bomba-inyección, menor que en un common-rail de igual cilindrada. En el recorrido de pruebas, carretera con fuertes desniveles y autopista, el consumo medio fue de 5.7 litros/100 km, un consumo ajustado teniendo en cuenta la conducción ágil efectuada, sin cortarme en absoluto con el acelerador.
En conducción por ciudad el consumo habría indudablemente aumentado, pero la prueba no incluyó tal tipo de conducción. Ciñéndose a los datos oficiales de consumo, su gasto medio de gasóleo es de 4.5 litros/100 km, y al ir equipado de serie con un filtro de partículas es más respetuoso con el medio ambiente. Gracias a sus emisiones de CO2 de 119 g/km, queda exento del pago del Impuesto de Matriculación, al igual que todos los Ibiza con motor diésel.
En cuanto a mi impresión de su dinámica he de decir que es positiva. El Ibiza estrena una nueva plataforma en el Grupo VAG, la misma que el futuro Volkswagen Polo usará. El “chasis ágil”, un concepto que engloba el tarado de suspensión, dirección y amortiguadores hace que el Ibiza sea realmente estable en carretera. En curvas el agarre es ejemplar, y en caso de que nos pasemos y se inicie un subviraje, el ESP corta de inmediato el desliz. El control de estabilidad es de serie en toda la gama.
En autopista los adelantamientos son un juego de niños, los 250 Nm del 1.9 TDI resuelven la situación en segundos. Los desarrollos del cambio son muy largos, 55.6 km/h por cada 1.000 rpm en 5ª, lo que significa que a 120 km/h el motor está girando a poco más de 2.000 rpm, en su zona cómoda y con un consumo de combustible reducido. Si queremos ahorrar incluso más, a 90 km/h en 5ª el motor gira a unas 1.500 rpm. Eso sí, si queremos hacer un adelantamiento rápido a esa velocidad es necesario incrementar la respuesta del propulsor reduciendo a 4ª.
El tacto de los pedales es cómodo. Me sorprendió que al contrario que con otros coches, apenas me costara adapatarme al manejo del embrague o el tacto del freno. De recorridos medios, los pedales se caracterizan por ser precisos. Si queremos frenar, con rozar el pedal el coche frenará instantáneamente, pero es perfectamente dosificable. Con unos discos delanteros ventilados de 288 mm y unos traseros de 232 mm de diámetro la potencia de frenado está asegurada.
La caja de cambios de cinco velocidades tiene recorridos cortos y precisos, de tacto correcto – ni duro ni blando -. En cuanto a la dirección asistida, maniobrando en el aparcamiento es muy suave, se puede mover el volante con el dedo meñique. A medida que aumentamos la velocidad se endurece progresivamente. Como antes comentaba, el trazado de las curvas es preciso, en todo momento sientes dónde colocas el tren delantero. Una de las pegas de la dirección es que apenas transmite feedback al conductor.
Seat Ibiza 1.9 TDI 105 CV Sport (Prueba Diariomotor)
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