En el Salón de Ginebra que se ha celebrado en estos días se muestran numerosos vehículos híbridos y eléctricos que con total seguridad aumentarán su presencia en posteriores eventos. Me voy a centrar en dos de estos vehículos que están llamados a liderar este particular segmento, el Toyota Prius y el Honda Insight. Tanto uno como otro nacieron hace una década pero es la última generación del Prius la que hecho que lo veamos con más frecuencia por la calle y sobretodo que nos acostumbremos a su peculiar diseño.
Ya habíamos hablado de los datos oficiales y equipamiento tanto del Prius como del Insight. Como recordatorio, las dimensiones son 4,46 m de largo por 1,74 m de ancho en el Prius y 4,39 m de largo por 1,69 m de ancho en el Insight. Maletero ligeramente superior el del Toyota con 445 l respecto a los 408 del Honda.
El motor del Prius ofrece 134 CV (98 CV motor térmico + 36 CV motor eléctrico) pudiendo funcionar sólo dos kilómetros en modo 100% eléctrico. En estos términos sus prestaciones incluyen el 0 a 100 km/hora de 9,8 segundos y un consumo mixto de 3,9 l/100km.
En el otro lado están los 102 CV del Insight (88 CV motor térmico + 14 CV motor eléctrico) que no tiene la posibilidad de funcionar sólo de forma eléctrica y siempre utiliza los dos motores. Acelera hasta los 100 km/h en 12,5 segundos y gasta una media de 4,4 l/100km de carburante. Estas diferencias justifican una parte de los 4.000 euros de diferencia favorables al Honda.
Ahora que he podido verlos en persona y tocarlos puedo decir que tienen muchas más cosas en común aparte de su estética, de estar movidos por un propulsor híbrido y de su país de producción. De hecho, si me dijeran que se producen en la misma fábrica me lo creería. A continuación os explico por qué. Empezando por la habitabilidad, la sensación es que es espacio es el mismo. Estas dos berlinas compactas ofrecen un espacio bastante aceptable a los pasajeros tanto delante como detrás.
En el salpicadero sí que hay diferencias. El Honda recurre a un cuadro de instrumentos divido en dos como el del Civic, en la parte superior se encuentra el velocímetro digital y el resto de relojes, ya analógicos, debajo. En el Prius se mantiene la disposición central de la generación la anterior y la pequeña palanca de cambio también en parte superior de la consola central. Aquí se encuentra la pantalla del navegador pasando el esquema sobre el funcionamiento eléctrico/eléctrico+combustión a situarse en el cuadro de instrumentos.
Lo que me ha decepcionado ha sido la calidad de materiales en el interior. Tanto en salpicadero como en las puertas sólo podemos encontrar plástico duro y de mala apariencia. Si la tecnología híbrida es más cara, en algo tenían que ahorrar para dejar un precio final razonable. Otro punto desfavorable en común es la visibilidad trasera, muy mala debido a la luneta dividida en dos por la forma del portón posterior. Preguntando por esto a un asesor de Honda, me explicó que tiene esa forma para mejorar la aerodinámica. Podrían haber buscado otra solución pienso yo.
En definitiva son dos vehículos versátiles y de bajo consumo con una calidad percibida inferior a sus competidores de motor de combustión en la misma franja de precio. Antes de que nos demos cuenta, las calles estarán llenas de híbridos y eléctricos. Ya no no son los coches del futuro, son los del presente.
Ginebra, impresiones en directo I: Híbridos
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