Con el Salón de New York se ha presentado un nuevo Range Rover Sport, con muy ligeras modificaciones en lo que significa su aspecto pero con más novedades en cuanto a mecánica y tecnología se refiere. Este opulento todoterreno se renueva después de varios años en el mercado con características muy clásicas y lo cierto es que no pierde su conservadurismo.
Para comenzar la plataforma y la carrocería permanecen prácticamente inalteradas desde la generación anterior, lo cierto es que no se puede considerar este nuevo modelo más que como un lavado de cara. Lo que sí se modifica es el frontal, donde aparece un nuevo parachoques con las luces antiniebla integradas más abajo o una retocada parrilla, caracterizada por tres bandas igualmente pero con celdas de diferente diseño. La tecnología LED también llega a la delantera en forma de luces diurnas.
En la gama de opciones para personalizar el exterior están disponibles nuevos diseños de llantas de aleación de aluminio, con diámetros de 19 y 20 pulgadas. Para el interior del habitáculo, igualmente con cinco anchas plazas, hay un buen número de modificaciones: la consola y el salpicadero cambian para amoldar una nueva pantalla con la que se controla el equipo de sonido, con disco duro multimedia y conectividad para iPod. El salpicadero también cambia de material y tiene un tacto más suave.
La iluminación es otro aspecto renovado el RR Sport gracias al uso masivo de luces LED, que aportan una luz de calidad en el interior con un consumo muy reducido. Volante y asientos también tiene sus relativas mejoras, el primero con la inclusión de diferentes mandos multifunción y los segundos gracias a mayores ajustes, totalmente eléctricos, para la personalización de su posición. El acceso al habitáculo se hace más sencilla con la apertura sin llave y el motor también se arranca y para mediante un botón situado en el cuadro de instrumentos.
Hay dos motores nuevos en la gama del Range Rover Sport. Por un lado está el motor V8 de 5 litros, con tecnología de inyección directa de gasolina y apertura variable de válvulas. Se ofrece en dos versiones diferentes, una aspirada de 375 CV y una equipada con compresor de 510 CV. La elección de este propulsor implica una mejora en diferentes sistemas como el compresor del aire acondicionado, la bomba de dirección o el motor de encendido y además está equipado con un aceite especial que sólo necesita ser cambiado cada 24.000 kilómetros.
La transmisión se realiza a través de un cambio automático ZF de seis relaciones que se ha actualizado con un nuevo software de gestión para rebajar los valores de consumo. Prestacionalmente en su versión aspirada provee una aceleración de 0 a 100 km/h en 7.2 segundos, un valor muy próximo al que se conseguía en la anterior generación con el motor de 4.2 litros. En cambio la variante con compresión de aire consigue reducir ese valor hasta los 5.1 segundos.
De acceso a la gama se instaura un nuevo motor diésel. Es un turbodiésel de seis cilindros en “v” con 3.0 litros de cilindrada que desarrolla 245 CV de potencia, pensado no para ofrecer aceleraciones importantes sino un comportamiento correcto y el menor consumo de toda la gama: 9.2 litros cada 100 kilómetros. Con la inclusión de este modelo desaparecería el 2.7 TDV6 de 190 CV que estaba disponible hasta ahora como motor de acceso.
Directamente pensando en el V8 más alto los ingenieros de Land Rover han instalado el Adaptative Dynamics que contempla una mejora del rodamiento sobre el asfalto con el Dynamic Response. Ello incluye una nueva suspensión hidráulica con control electrónico DampTronic Valve Technology que ajuste cada una de las ruedas a las circunstancias del asfalto en cada momento. Además tiene dos modos predeterminados ajustables por el conductor, “Soft” y “Hard” de menor a mayor ajuste y comportamiento deportivo.
Entre las medidas de seguridad hay que sumar al control de estabilidad y de tracción el Adaptative Cruise Control que maneja de forma dinámica la velocidad del vehículo en relación con otros vehículos de la calzada. Este sistema incorpora como novedad el Advanced Emergency Brake Assist System que monitoriza entre otros aspectos el comportamiento del conductor para anticiparse a una frenada de emergencia.
Precisamente el V8 de mayor potencia viene equipado con un avanzado sistema de frenos Brembo, compuesto por discos de freno de 36 cm y pinzas de cuatro pistones en el tren delantero y discos de freno de 35 cm con pinza monopistón en el tren trasero.
Range Rover Sport 2010
Vía: autoblog.it