La historia empezó en el Salón del Automóvil de Berlín de 1934 donde junto a la nueva berlina bávara, el BMW 315, se exhibió un prototipo de automóvil descapotable con motor de seis cilindros, el BMW 315/1 Sports Roadster. A diferencia de la berlina, este biplaza destinado a circular a cielo abierto, lucía una linea aún más atractiva con su sugerente morro alargado, un estrecho parabrisas y una cuidada aerodinámica para reducir al máximo las turbulencias en el habitáculo de este deportivo que podía alcanzar los 120 km/h.
Despues de 75 primaveras BMW sigue al pie del cañón fabricando roadsters, concretamente la Serie Z, heredera de aquellos primeros descapotables biplazas de los años 30. Lejos quedan aquellos incómodos vehículos sin techo para salir de paseo con el buen tiempo, la tecnología ha permitido que en apenas unos segundos un descapotable pueda cerrarse “a cal y canto” y ser como un deportivo cualquiera, gracias al techo rígido escamoteable que incluye el nuevo BMW Z4.
Al primer BMW 315/1 le seguiría el BMW 319/1, una versión más potente que estéticamente apenas se distinguía por unas entradas de aire sobre la tapa del motor, que con sus 55 cv y apenas 780 kg era capaz de alcanzar la nada desdeñable cifra de 135 km/h.
Pero el cúlmen de los deportivos descapotables de antes de la Gran Guerra llegaría con el BMW 328 Roadster en 1936, en una época en que los automóviles de competición eran cada vez más parecidos a los primeros roadsters. Esta espectacular máquina, de la que apenas se construyeron 464 unidades, pesaba 830 kg y montaba un motor de 80 cv que le permitía alcanzar los 155 km/h.
Aunque si realmente quisiesemos buscar el auténtico predecesor de los actuales “Z” tendríamos que remontarnos a mediados de los años 50, con el flamante BMW 507, un roadster que se convirtió en la imagen de la marca en una época en que la marca estaba prácticamente en ruinas tras la Segunda Guerra Mundial. Lo más destacado era su diseño, con un morro alargado, branquias a los lados y un potente motor con prestaciones muy elevadas para la época, hablamos de un V8 de 3168 cc que desarrollaba 150 cv a 5500 rpm y superaba los 215 km/h.
No obstante tras décadas de innumerables críticas hacia los descapotables por su falta de medidas de seguridad, tendrían que pasar 29 años hasta que se presentase el siguiente roadster de BMW. Así en 1988 se presentaba el primer “Z”, el BMW Z1, un biplaza de chasis monocasco de acero y un original sistema de apertura de puertas retráctiles que se abrían hacia abajo y que permitía incluso circular con ellas abiertas.
Tras él llegaría el roadster más adsequible de la marca, el BMW Z3, que disponía de una amplia gama de motores entre 115 y 325 cv. Pero sin duda alguna el roadster más espectacular, probablemente de toda la historia de BMW, sea el BMW Z8, una interpretación del siglo XXI del antiguo 507 que impresionaba con su gigantesco morro y sus prestaciones de infarto, gracias a un motor V8 de 4.9 litros y más de 400 cv de potencia.
Actualmente la herencia de esta saga de descapotables se mantiene en el nuevo BMW Z4, un deportivo biplaza en el que destaca sobre todo lo demás el confort, gracias a su nuevo techo rígido retráctil que permite disfrutar de un descapotable cuando el buen tiempo acompaña y de un deportivo normal y corriente cuando el tiempo no esté de nuestro lado.
BMW cumple 75 años fabricando roadsters
Vía: BMW
En Diariomotor: BMW Z4