O al menos esa es la sensación que me atraviesa el cuerpo cuando vuelvo a ver este Porsche Cayenne. Su diseño lo firma el preparador ruso Status Design y personalmente su gusto es de horripilante para abajo, arrebatándole fácilmente el título al anterior Cayenne más feo del mundo.
Hay dos partes importantes en las que este Cayenne produce pavor. La primera, la más evidente: el frontal. Se ha ganado unas enormes fauces que parecen absorber todo lo que tocan, con un morro más afilado y puntiagudo. Con las distancias oportunas, tiene un aire al famoso PT Cruiser Alien. Aún así se le puede sacar algo de bonito mencionando los faros principales y las luces LED en forma de “L”.
No se entiende tampoco mucho a qué vienen esas “asas” situadas sobre sendos pilares C. Estéticamente no me parecen excesivamente elegantes y dudo de su aplicación aerodinámica, si alguien tiene idea de para qué pueda servir es libre de decirlo. El juego de colores al menos no ha quedado mal y en las diferentes “interpretaciones” se juega con dos tonos, uno de los cuales baña el lateral y las llantas de aleación.
Todavía son únicamente recreaciones por ordenador aunque la idea de este preparador es llevarla a cabo. Seguro que hasta hay clientes interesados en hacerse con esta versión tan peculiar del SUV.
Desde luego no es el único que echa para atrás y que debe de estar hiriendo en el corazón a los que diseñaron el Cayenne. Sin ir más lejos una firma tan conocida como TechArt nos marcó con su Magnum y MAFF nos presentó su Cayenne Muron, dos Porsche que parecían capaces de parar un tren.
Vía: carscoop
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