Land Rover ha tenido una curiosa manera de mostrar la evolución prestacional del Range Rover Sport Supercharged entre el último modelo y el anterior. Y el resultado es completamente esclarecedor, como vas a ver un vídeo a continuación. La prueba realizada consiste en partir desde parado con ambos modelos en paralelo y acelerar a fondo hasta alcanzar los 160 km/h para justo entonces frenar en seco. Esta prueba permite medir la potencia del motor y la capacidad de frenada.
En el lado izquierdo de la pantalla, de color negro, tenemos al Range Rover Sport de 2010, mientras que en el lado derecho, de color granate, tenemos el modelo de 2009. La diferencia mecánica es importante, ya que hay 120 CV de diferencia. El modelo de 2009 equipaba un propulsor 4.2 V8 con compresor que entregaba 390 CV y 550 Nm, mientras que el nuevo modelo equipa un 5.0 V8 con compresor que rinde 510 CV de potencia y 625 Nm de par máximo.
En el apartado de la frenada también se nota la diferencia, aunque no es tan colosal como en la aceleración. El modelo de 2010 equipa un impresionante sistema de frenos Brembo con discos de 380 mm y pinzas de aluminio de 6 pistones en el eje delantero y discos de 365 mm en el trasero, mientras que el modelo anterior recurría a pinzas de 4 pistones en el eje delantero y discos de un diámetro ligeramente inferior.
La diferencia de empuje se nota al instante en cuanto se produce la arrancada, ya que el último modelo hunde mucho más la suspensión que el modelo de 2009. Tal es el “baño” que le mete el nuevo modelo que éste ya se encuentra detenido bastante antes de que el modelo de 2009 haya alcanzado los 160 km/h. Queda más que patente la evolución prestacional entre ambos.
Vía: Autoblog
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