En el episodio cuatro de la decimocuarta temporada de Top Gear, Jeremy Clarkson le hace un exhaustivo road test al Renault Twingo RS. Exhaustivo a la manera de Clarkson, claro, como de costumbre especial y extravagante. Además, prueban en un frente a frente algunos de los SUV mastodónticos más prestacionales: Audi Q7 V12 TDI, BMW X5 M y Range Rover.
El Renault Twingo RS con su 1.6 16v atmosférico de 133 CV es un pequeño juguete, sobre todo si tenemos en cuenta su tarifa de compra, de poco más de 15.000 euros. ¿Merece de veras lucir la denominación Renault Sport? El hermano pequeño de los Clio y Mégane RS se da un paseo por las calles de Belfast y alrededores, se pone a prueba en el interior de un túnel y hasta participa en un entrenamiento de un equipo de hockey sobre hielo.
Tras pequeños golpes y arañazos varios, Clarkson intenta coger el ferry de vuelta a toda prisa… con un resultado catastrófico: tras un vuelo aéreo, el pequeño Twingo RS acaba bajo las aguas. Todo sea por el espectáculo, aunque a mí estos destrozos tan habituales en el programa me parezcan muy discutibles y poco éticos: un nuevo golpe de efecto de Top Gear, no os lo perdáis.
En la segunda parte del programa, la prueba a fondo incluye un cara a cara en circuito entre los Audi Q7 V12 TDI, BMW X5 M y Range Rover Holland & Holland Overfinch. Desde luego no es el ambiente natural de estos tres enormes SUV, pero el BMW X5 M no se defiende mal, pese a todo. El británico cuenta con un motor V8 Supercharged de 5.0 litros y 510 CV, mientras que el X5 M es quizá el más “deportivo” de todos (noténse las comillas), con su 4.4 V8 turboalimentado y sus 555 CV, junto a un chasis más rígido.
La nota de exotismo la pone el Audi Q7 con su motor diésel V12 TDI, 6.0 litros de desplazamiento para entregar 500 CV y un descomunal par máximo de 1.000 Nm. Aunque las prestaciones en línea recta de estos tres gigantes de las carreteras están casi a la altura de algunos deportivos clásicos de renombre, con pesos que rondan o incluso superan los 2.500 Kg tampoco se pueden esperar milagros en cuanto llegan las curvas, y de ahí sus tiempos bastante discretos en la Power Lap de rigor.
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