Todo comenzó en los años 90 con la aprobación del California Clean Air Act, que exigía a los fabricantes de automóviles que el 1% de los vehículos vendidos en el estado fuesen de cero emisiones. Fue entonces cuando comenzó una frenética – pero respetuosa con el medio ambiente – carrera de desarrollo, que dio lugar a dos hitos en el automóvil eléctrico, el tristemente famoso GM EV-1 y el Toyota RAV4 EV. Tras mucha presión lobbying, la restrictiva normativa fue derogada, pero sentó las bases para uno de los lugares más ecologistas del planeta.
Es uno de los pocos lugares del mundo con cientos de puntos de recarga para coches eléctricos o hidrogeneras, una tendencia que sigue en aumento. Volviendo al tema que nos ocupa, la derogación de la normativa hizo que GM llevase al desguace a todos sus GM EV-1. Pero Toyota no hizo lo mismo, y de hecho siguió vendiendo el RAV4 EV hasta el año 2003. Se cedió en régimen de leasing a negocios y corporaciones (tanto públicas como privadas) fundamentalmente, pero un buen puñado – 358, concretamente – terminaron en manos particulares mediante un contrato de compra-venta.
Muchos aún circulan por las carreteras, y algunas celebridades como Tom Hanks son usuarios habituales de los RAV4 EV. Tenía una batería hidruro de níquel, con 27.5 KWh de capacidad, que le permitía recorrer unos 200 km sin gastar una gota de gasolina y era capaz de recargarse en unas cinco horas mediante una toma de corriente de 240 voltios. Tenía 67 CV de potencia. Muchos usuarios aún obtienen un rendimiento pleno de la batería, alabando la fiabilidad del pequeño SUV eléctrico, que se entregaba con una garantía para la batería y motor eléctrico de hasta 100.000 km.
Las últimas informaciones indican que la próxima generación del Toyota RAV4 EV está a la vuelta de la esquina, coincidiendo con la renovación completa del RAV4 para 2012. Será Tesla, que recientemente ha firmado un importante acuerdo de cooperación con Toyota, la empresa encargada de suministrar el motor eléctrico y el pack de baterías que moverá al SUV. No podría estar más de acuerdo, teniendo en cuenta que el Tesla Roadster tiene una autonomía de casi 500 km con un motor eléctrico de cerca de 300 CV, un SUV con un motor la mitad de potente podría ser muy interesante.
Sabiendo que la capacidad del conocido ESS (Energy Storage System) del Tesla Roadster es de 53 kWh podríamos esperar una autonomía muy importante para el RAV4, salvando uno de los grandes inconvenientes de los eléctricos, junto al tema de la recarga. Esperamos impacientes el lanzamiento de este vehículo, pero sólo será el primer paso entre la cooperación de Tesla y Toyota, se espera que otros vehículos pasen por las manos de Tesla de manera inminente.
Vía: Wired
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