Ayer mismo éramos invitados por Suzuki a la presentación del nuevo Swift. Realmente el Swift ya había sido presentado y lleva unos meses a la venta, pero por primera vez pudimos catarlo, en un evento en el que se presentaban dos novedades importantes. La primera es la adición de un sistema Stop&Start opcional para los Swift equipados con el motor 1.2 de 94 CV y la novedad más importante es la incorporación a la gama de un motor turbodiésel 1.3 DDIS de 75 CV, fabricado bajo licencia de Fiat.
El Suzuki Swift es el modelo más exitoso de Suzuki, y desde hace seis años se han vendido ya dos millones de unidades de este utilitario global, el 27% en Europa. Se fabrica en cuatro países diferentes (China, India, Japón y Hungría), pero se vende nada menos que en 124 países. El actual Suzuki Swift se parece mucho a su predecesor, pero es un vehículo completamente nuevo, ligeramente más grande con 3,85 metros de longitud – crece 9 centímetros – y mejorado en todos los aspectos posibles.
Sin embargo, a pesar de este aumento de longitud sigue siendo uno de los pequeños del segmento B, y sigue siendo de los más ligeros, con pesos en orden de marcha que rondan la tonelada exacta. Además, no me quemo si afirmo que es uno de los utilitarios más divertidos de conducir, de esos que te sacan una sonrisa aún cuando llevamos entre manos un coche que no llega a los 80 CV de potencia. El lanzamiento de esta versión turbodiésel promete dar un apoyo importante a sus ventas.
No obstante, es un segmento poco “dieselizado”, y las previsiones de Suzuki Ibérica apuntan a que el volumen de ventas de esta nueva versión supondrá alrededor del 30% de las ventas totales del Swift. Este 30% se traduce en unas 1.000 unidades anuales. El Suzuki Swift que se vende en nuestros concesionarios se fabrica en Hungría, aunque el motor diésel viene de la planta de propulsores que Suzuki posee en la India, donde se produce bajo la licencia de Fiat, que lo denomina 1.3 JTD.
La producción es europea, por lo que apenas afectará al Swift el tsunami de Japón y los consiguientes problemas de suministros y producción en el país del sol naciente. Pero algunos componentes provienen de Japón, y serán inevitables pequeños retrasos de producción y unas entregas que podrían tardar más de lo previsto. La producción del Gran Vitara sería la más afectada, pero en cualquier caso, la situación productiva debería volver a la normalidad a finales de este año 2011.
Desenfadado y simpático
Cuando llegamos a donde habíamos sido citados nos encontramos con la típica hilera de coches, relucientes bajo el sol… y “accidentalmente” intercalando los tonos azules y rojos, casi presagiando el resultado del clásico horas después. Anécdotas aparte, los Suzuki Swift retienen el lenguaje de diseño de la anterior generación, ligeramente modernizado con ópticas de mayor tamaño y más superficies curvas, pero siempre con el estilo desenfadado y simpático que caracteriza a estos utilitarios.
El frontal está dominado por las enormes ópticas, que desembocan en un nervio de expresión lateral, que recorre de manera ascendente toda la carrocería para desembocar en las ópticas traseras, de tamaño también generoso y una forma análoga a las delanteras. Un detalle curioso es la disposición “tipo avión” del habitáculo. Me explico: el pilar A está oscurecido y la forma del parabrisas emula a la cabina de un avión. Coches como el Skoda Fabia o el Saab 9-5 tienen soluciones similares.
Es un coche de cintura alta y más musculoso que su predecesor, que pecaba de ser un poco anguloso, muy cuadrado para algunas personas. Las unidades que pudimos probar durante la presentación eran acabados GL+ y GLX, que equipaban llantas de aleación de 16 pulgadas, calzadas con neumáticos Continental ContiPremiumContact2 de medidas 185/55 R16. El efecto conjunto es un coche armonioso en su diseño, alegre y joven, algo que es necesario en un vehículo del segmento B.
Habitabilidad interior
El Suzuki Swift mide 3,85 metros y no es un coche grande bajo ningún estándar. Con coches pequeños siempre tenemos algo de miedo a ir estrechos. Una vez sentado en el asiento del conductor lo ajusto en altura, profundidad… parece que quepo holgadamente, tengo aún bastante espacio al techo y voy a una distancia correcta de los pedales. El volante es regulable en altura y profundidad, algo cada vez más extendido pero no muy visto en la parte inferior del segmento B.
Nuestra pierna va a ir apoyada en la consola central, algo que es inevitable pero no molesto. Mi posición de conducción es buena, a pesar de que la banqueta del asiento es un poco corta para mi gusto. El nuevo puesto de conducción de extiende ante mí, rediseñado con el Kizashi en mente, con un nuevo volante deportivo forrado en cuero y una consola central con cierta reminiscencia a una pirámide invertida. Es un diseño vistoso, pero sencillo y sin alardes.
La instrumentación se extiende ante mí, con dos relojes principales de excelente lectura para cuentavueltas y velocímetro, flanqueados por los niveles de combustible y la temperatura del agua. En el centro hay una pantalla LCD donde poder ver la información de temperatura, odómetro y ordenador de viaje. El volante es multifunción, aunque la consola central está cercana a nuestras manos y tiene un uso sencillo, con el equipo de sonido sobre los mandos de la climatización.
Tiene muchos huecos para vaciarse los bolsillos, bajo la consola central caben muchos objetos y en las puertas es posible llevar botellas grandes de 1,5 litros. La guantera tiene un gran tamaño e incluso hay un pequeño hueco a la izquierda del volante en el que podemos dejar un teléfono movil por ejemplo. En cuanto a calidades, materiales y acabados: todo el habitáculo está formado por plástico duro, pero me han sorprendido unos ajustes precisos y un tacto agradable de estos plásticos.
Seguramente no sea el mejor interior del mercado, pero en su segmento es claramente superior al del Nissan Micra, por poner un ejemplo cercano, y está sobre la media de sus competidores. Las plazas traseras del Suzuki Swift son estrechas para tres personas, dos ocupantes irán más desahogados. Con el asiento delantero regulado para mi altura (1,83 metros) aún quepo tras mi asiento, pero el espacio libre para mis rodillas es de muy pocos centímetros, aunque tengo bastante espacio para la cabeza.
El maletero tiene 211 litros de capacidad, con una boca de carga a una altura correcta y un fácil acceso a la carga. No puede competir en capacidad con los maleteros de la parte superior del segmento B, como podría ser el Seat Ibiza, pero es que el Swift tiene un posicionamiento bastante diferente. Mañana continuamos repasando el Swift, con los motores 1.2 VVT y Stop&Start, además del principal protagonista, un 1.3 DDIS turbodiésel de 75 CV e interesantes prestaciones.
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