Si hay un coche que identifiquemos rápidamente con la industria automovilística española, es el Seat Ibiza. Actualmente en su cuarta generación, ha sido con diferencia el coche más vendido de Seat y es uno de los líderes indiscutibles de nuestro mercado, moviendo en torno a 3.000 unidades al mes. Actualmente, se construye sobre la plataforma PQ25 del Grupo Volkswagen, que estrenaba en el año 2008, fecha en la que se puso a la venta de manera simultánea en todos los países europeos.
El Seat Ibiza es un utilitario sencillo, con un posicionamiento de perfil bajo, con un coste asequible dentro del conjunto de utilitarios del Grupo Volkswagen. Al mismo tiempo, es el vehículo que aporta un toque más deportivo, pasional y joven a esta gama de vehículos. En Diariomotor ya era hora de que probásemos uno de los grandes superventas del mercado, por lo que recogimos en Madrid una unidad casi nueva con el pack de equipamiento extra COPA, en plena promoción comercial actualmente.
La versión elegida ha sido un cinco puertas con el motor 1.4 16v de 85 CV, un veterano más que probado dentro del Grupo Volkswagen. Es el tercer motor menos potente dentro de la gama de gasolina. La unidad que probamos fue recogida en Madrid con poco más de 1.700 km, por lo que podemos decir que aún estaba en rodaje durante la primera parte de la prueba. Tras rodar unos 1.300 km con la unidad de prensa podemos decir que los consumos y la respuesta habían mejorado de manera notable.
Aspecto joven
Aunque el Seat Ibiza haya sido lanzado hace tres años, es un coche que mantiene un aspecto muy fresco, incluso a pesar del enorme número de unidades que ruedan por nuestras ciudades y carreteras. Planteado inicialmente como el utilitario más joven y dinámico del Grupo Volkswagen. El Seat Ibiza fue diseñado por Luc Donkerwolke tras su paso por Lamborghini, y estreanaba un nuevo lenguaje de diseño que se ha replicado en los modelos de reciente lanzamiento en mayor o menor medida.
Esto es patente en el frontal, dominado por la clásica calandra, unos faros anchos y un paragolpes con agresivas entradas de aire. Desde el paso de rueda delantero nace uno de los nervios de expresión que continúa su viaje por el perfil lateral del coche. Las llantas de 16 pulgadas guardan una relación de aspecto muy equilibrada con el perfil del coche. Esta versión lleva una pequeña pegatina pegada en la parte inferior de la puerta delantera, con la palabra “COPA”.
En su zaga hay un pequeño spoiler sobre el maletero, un portón de tamaño normal y dos ópticas muy bonitas. Son ligeramente diferentes a las del Ibiza SportCoupé, pero me parecen más logradas e indudablemente superiores a las ópticas traseras de la práctica totalidad de utilitarios del mercado, con permiso del Alfa Romeo Mi.To. En esta versión el tubo de escape está camuflado bajo el paragolpes y no hay distintivo exterior de motorización. Vamos a conocer más a fondo el habitáculo del Seat Ibiza.
Buena ergonomía, calidad mejorable
Me subo al asiento del conductor del Seat Ibiza y lo primero que hago es ajustar mi asiento, regulable en altura, y también el volante, de regulación en altura y profundidad. Encontrar una posición correcta es sencillo, pero el aro del volante bloquea ligeramente mi visión de la instrumentación. La posición resultante es relativamente baja, pero aún se mantiene un acceso y salida del coche cómodos. El asiento no es especialmente amplio, pero tiene un mullido firme y recoge bien el cuerpo.
El tapizado de tela con franjas de colores es exclusivo del pack COPA, que se deriva del acabado Style dentro de la gama Ibiza. El espacio disponible para la cabeza es bueno, hay un palmo hasta el techo. Las rodillas tienen también mucho espacio, incluso en el lado derecho por la forma de la consola central. La instrumentación es muy atractiva, con dos relojes profundos rodeados de un plástico plateado. Este plástico hace algún reflejo con sol y los número son algo pequeños, pero su lectura es correcta.
Entre ambos relojes está el medidor del nivel de combustible y una pequeña pantalla LCD para el ordenador de a bordo. No tiene indicador de la temperatura del agua o aceite. El salpicadero se extiende ante mí, con una parte superior cubierta en un plástico de tacto blando, bastante logrado. La parte inferior es plástico duro, con ajustes en general mejorables. Es un coche barato y era de esperar, pero hay coches con precio y posicionamiento similar cuyos ajustes y calidad de rematado son bastante mejores.
Hay zonas como el espacio entre palanca de cambios y consola central que están muy bien rematadas, pero luego hay zonas muy decepcionantes, como los tiradores de las puertas delanteras y el plástico que los rodea. Sí convence la consola central, con dos aireadores muy bonitos y dos pantallas retroiluminadas en rojo para los equipos de audio y el climatizador, muy a mano y de uso sencillo. Bajo la consola central hay dos portavasos y las conexiones auxiliares de audio, USB y jack de 3,5 mm.
Son poco accesibles, hasta que conoces donde están. Es el mismo sitio donde se ubica el botón de los warnings o la desconexión del control de estabilidad. No me parece el mejor lugar para los warnings. Entre ambos asientos hay un portavasos y un pequeño hueco plano bajo el freno de mano. En las puertas cabe una botella de litro y medio sin mayor problema. La guantera no está tapizada, refrigerada o iluminada. Cabe la documentación y muy poco más, es tan pequeña como en el Seat León.
Plazas traseras
Las puertas se abren mucho y el acceso es sencillo, pero las plazas no son demasiado amplias. El espacio para mi cabeza al techo – mido 1,83 metros – es casi inexistente y mis piernas van rozando con el asiento del conductor, regulado también para mi altura. De todas formas, el asiento tiene un banqueta amplia y el mullido es firme, apto para viajes largos. El pasajero central irá estrecho y tiene el incomodo adicional de un pequeño túnel central. Es un coche para viajar cuatro personas.
Maletero
El Seat Ibiza destaca por tener uno de los mejores maleteros de su segmento, con nada menos que 292 litros. Las formas no son muy regulares, pero la boca de carga es relativamente baja y el salto entre la misma y el piso de carga pequeño. Los asientos traseros se abaten en configuración asimétrica, y permiten que la capacidad de carga de amplíe a más de 700 litros. Bajo el “suelo” del maletero está la rueda de repuesto, de tamaño completo, acompañada de un juego de herramientas.
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