El verano se nos acaba, pero en Diariomotor no vamos a dejar de ofreceros pruebas de los coches más interesantes del mercado. El coche que nos ocupa esta semana es el Skoda Fabia. El utilitario checo posee una gran relación calidad-precio, o eso se dice. Así que vamos a averiguarlo en persona probando a fondo una versión Sport equipada con el motor 1.2 TSI de 105 CV y carrocería de cinco puertas. La unidad de prensa tenía casi 6.000 km a la hora de recogerla en Madrid.
El Skoda Fabia fue lanzado en su primera generación en 1999, y pronto obtuvo grandes éxitos de crítica y público, ya que contaba con la calidad del Grupo Volkswagen a una fracción de su precio. Reemplazaba al muy veterano Skoda Felicia, un coche aún reminiscente de la época en la que Skoda estaba sometida al control estatal, tras el “telón de acero”. La segunda generación fue lanzada en 2007, con grandes cambios en su plataforma y calidades de un nivel que incluso sorprendió a Volkswagen.
Su precio ha seguido siendo uno de los principales motivos de compra, aunque en esta segunda generación el Fabia ya había desarrollado más su aspecto y personalidad. El Skoda Fabia recibía un lavado de cara a principios de 2010, ligeros cambios estéticos que no ocultan que el Fabia aún emplea la plataforma PQ24 del Grupo Volkswagen. Es por ello un coche algo más pequeño que sus hermanos Volkswagen Polo y Seat Ibiza, que emplean la plataforma PQ25, estrenada por el Seat Ibiza en 2008.
No obstante, el Skoda Fabia no es un coche en absoluto desfasado y vence a sus dos hermanos en espacio trasero, por poner un ejemplo. Skoda ha mantenido el Fabia al día, y cuenta con los últimos propulsores TDI y TSI desarrollados por el Grupo Volkswagen, como el probado e interesantísimo 1.2 TSI de 105 CV que probamos para vosotros. Esta unidad de 105 CV tiene unas prestaciones y consumos brillantes que iremos desgranando a lo largo de la prueba. Quedaos con nosotros.
Diseño minimalista con toques aeronáuticos
Junto a los Saab, es curioso que sea Skoda la que tome referencias aeronáuticas en su diseño, ya que nunca fabricó aviones: comenzó produciendo bicicletas en 1895, bajo el nombre de Laurin&Klement. El Skoda Fabia cuenta con una sección para el habitáculo que nos recuerda a la cabina de un avión, con un pilar A oscurecido y rezagado. El techo de color blanco (opcional) contribuye a esta sensación aeronáutica, que es incluso más marcada en el Skoda Roomster.
El frontal tiene unas ópticas mayores que su predecesor, junto a unos antiniebla más anchos. La calandra cromada y su parrilla de barras verticales imprimen más personalidad al frontal, que es muy reconocible. El perfil lateral no es especialmente llamativo, líneas muy horizontales y una cintura recta que le confieren un aspecto cuadriculado y sobrio, con el punto picante de las llantas de 16 pulgadas que nuestra unidad montaba de manera opcional.
La parte trasera es quizá la más anodina de todo el conjunto, con muy pocos cambios con respecto al Fabia existente antes del lavado de cara. Las ópticas son bonitas, pero no tiene ningún aspecto más destacable. En versiones que no sean el Fabia RS las colas de escape están ocultas bajo un paragolpes que resulta bastante voluminoso. Tras el repaso a su diseño nos subimos al habitáculo para comprobar todos los detalles de habitabilidad y ergonomía de uso.
Espacioso y con buenos remates
Me subo al asiento del conductor, que por ser una versión Sport tiene flancos muy marcados. Es un asiento tendiendo a duro, con excelentes apoyos laterales. Aunque tiene regulación en altura no cuenta con regulación lumbar. Personalmente, no me ha parecido un asiento del todo cómodo, ya que la banqueta queda algo alta en su parte delantera, molestando en la zona de los muslos. La regulación en altura rebaja la parte trasera de la banqueta únicamente.
En cualquier caso, tengo mucho espacio disponible y la forma de la consola central hace que mi rodilla derecha viaje muy desahogada, aunque una persona de en torno a los 1,90 metros podría rozar de manera molesta con la consola. Tengo bastante espacio hasta el techo y el volante regulable en altura y profundidad me permite lograr una postura cómoda de conducción. El volante es multifunción y forrado en cuero. Es un volante pequeño y con un aro bastante grueso.
Esta postura de conducción no podríamos considerarla baja, ya que tendemos a ir algo altos para un mejor control del tráfico. Lo primero que veo es la instrumentación, sencilla y de buena visibilidad tanto diurna como nocturna. Cuenta con dos grandes relojes y el sistema FIS de información de a bordo entre ambos. La consola central es de lo más sencilla, con el climatizador situado en la posición más elevada y el sistema de infotainment Amundsen con pantalla de 5” situado más abajo.
No hay quejas sobre el climatizador, pero la pantalla táctil queda algo baja y hay que apartar la vista de la carretera en ocasiones. El Skoda Fabia destaca por la gran practicidad de su habitáculo, que tiene multitud de huecos portaobjetos. Bajo la consola central hay un pequeño hueco y dos portabebidas, ideales para objetos como nuestro teléfono. A la izquierda del volante hay un pequeño receptáculo en el que podemos dejar nuestras llaves, aunque sin suelo de goma.
En el reposabrazos central también hay hueco, y en el túnel central un portabebidas para las plazas traseras. Aunque en las puertas no cabe una gran botella de agua el Skoda Fabia tiene dos guanteras pequeñas. Las dos suman un buen espacio de carga y bajo la inferior aún hay un hueco en el que se conectan los equipos de sonido mediante la Multimedia Interface, aunque en caso de que no lo estemos usando, es ideal para una cartera pequeña o varios paquetes de pañuelos de papel.
En cuanto a calidades, el Skoda Fabia cumple. La construcción del salpicadero es muy sólida, y combina plásticos acolchados con plásticos duros, que son los más abundantes. No se ven bordes cortantes y el ajuste de las piezas parece preciso. Un detalle que es mejorable son los tiradores de las puertas. Son bonitos y cómodos, pero son aparentemente endebles y parece que nos vamos a quedar con uno en la mano. Otro punto mejorable es el pomo de la palanca de cambios, por el mismo motivo.
Plazas traseras
A pesar de medir cinco centímetros menos que sus hermanos del Grupo Volkswagen es un coche mas espacioso en sus plazas traseras. Un adulto de talla alta – 1,83 metros – entra a la perfección y aún dispone de algo de espacio libre para las rodillas, aunque el techo está ya a una altura cercana de la cabeza. Son plazas también con un mullido duro y buenos apoyos laterales. Es mejor que viajen dos personas en las plazas traseras, tres personas irán muy apretadas de espacio lateral.
Maletero
Con 300 litros, tiene uno de los mejores maleteros del segmento, con un borde de carga a una altura correcta. Tiene formas aprovechables y sistemas de retención con una plancha de plástico flexible que se puede adaptar a los laterales del maletero. Con los asientos abatidos alcanza una capacidad máxima de 1.163 litros y bajo el piso se esconde una rueda de repuesto a tamaño completo con llanta de aleación en el mismo tamaño que las montadas por el coche, algo infrecuente en el segmento.
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