En Frankfurt la gran novedad del país nipón ha llegado con el Honda Civic, una nueva generación de este bienaventurado compacto que no ha dejado a nadie indiferente. Ni estética ni tecnológicamente pega el salto que todo el mundo esperaba.
Su nueva delantera ha ganado relieve. Llama la atención tanto por esa “u” central en color gris como por las luces diurnas LED instaladas en los laterales del paragolpes. Igual de nuevo es el movimiento de las luces traseras hacia el alerón que divide la luneta trasera en dos, otro símbolo que se mantiene para bien y para mal: bien por la originalidad, mal por la reducción de visión desde el retrovisor interior. Exceptuando los obligados nuevos diseños de llantas eso es todo en lo que al exterior se refiere.
Interior atrevido pero menos que en el anterior Civic
El cambio de generación consigue que el Civic tenga otra ordenación del salpicadero diferente pero que mantiene una filosofía común de apuntar más directamente hacia el conductor. La consola central se renueva ligeramente pero casi todo se mantiene dentro de un orden ya conocido.
Varios detalles más que propios del Honda Civic como el colorido tacómetro pasan a mejor vida hacia algo más clásico como el tacómetro de aguja. Algo parecido ocurre con el volante, toca renovarse o morir pero parece que en este punto el Civic nuevo es más antiguo. Y si aparecen varios plásticos de tacto duro parece que la calidad también disminuye.
Un punto positivo, o al menos constante entre este Civic y el anterior, es el del espacio interior aprovechable. Las cotas son idénticas para los ocupantes de ambas lo cual se agradece a la hora de los viajes largos. Los asientos, tanto los delanteros como los traseros, siguen siendo bastante cómodos.
Sucede igual con el amplio maletero que, en principio, se mantiene en unos más que aceptables 485 litros gracias al doble fondo existente. En este aspecto supera notablemente al Golf y se pone por delante del Mégane.
Motores gasolina y diésel sin sorpresas en el Honda Civic. Ni rastro del Type-R
Honda mantendrá en Europa los mismos motores con los que se vende ahora el Civic de cinco puertas. Del lado de la gasolina contará con dos motores i-VTEC, uno de 1,4 litros y 99 CV más otro de 1,8 litros y 140 CV (Prueba del Honda Civic 1.8 i-VTEC Sport). El motor 2.2 i-CDTi de 150 CV (10 CV más) y 350 Nm será la alternativa en diésel. Todos ellos llevan cambio manual de seis marchas mientras que el 1.8 puede montar una transmisión automática de cinco velocidades.
Para finales del año que viene está previsto que el Honda CIvic cuente con otro motor diésel de menor potencia que podría convertirse en la estrella de las ventas del Civic, especialmente porque consumirá el equivalente a poco más de 4 litros/100 km. Este es uno de los puntos extra que podría afianzar el éxito comercial del Civic y apoyar la idea de la “renovación”.
Por el momento no se ha comentado nada, ni es probable que se haga pronto, sobre el regreso del Honda Civic Type-R. Honda no ha soltado prenda y, de llegar a ver la luz, no traerá el motor atmosférico que tantos buenos momentos nos ha proporcionado.
Poco para un nueva generación, mucho para un lavado de cara
El sabor de boca que me deja este nuevo Honda Civic es el de que para suponer un salto generacional parece que ha cambiado poco, al menos en lo que a aspecto o tecnología se refiere. No obstante el Civic que todavía se vende ha cosechado sus éxitos por algo y lo seguirá haciendo con buenas ofertas seguramente hasta enero del año que viene, momento en el que comenzarán las ventas de este nuevo modelo.
Fuente: Honda
En Diariomotor: Nuevo Honda Civic, primeras imágenes antes del Salón de Frankfurt