Aunque hace ya unos años que podemos ver a esta tercera generación del Mazda 2 circulando por nuestras carreteras, y un par desde que probamos la versión diésel más potente de este modelo, no por ello queríamos dejar pasar la oportunidad de poder probar la versión más potente en gasolina, para aquellos que no hacen muchos kilómetros o sienten una pequeña aversión hacia ese tipo de carburante.
Muchos de los aspectos que hay que analizar ya los vimos en la anterior prueba del Mazda 2 1.6 CRTD de 90 CV, ya que comparten acabado (Sportive), con la pequeña diferencia de ser esta la versión tres puertas, mientras que el modelo diésel contaba con cinco puertas. La mayor de las diferencias sin duda es su propulsor, un motor gasolina de 4 cilindros en línea y 1.5 litros, capaz de dar hasta 102 CV y 133 Nm de par. Por ese motivo nos vamos a centrar en las diferencias, dejando de lado la parte estética que ya analizamos en la anterior prueba.
Pero centrarnos en las diferencias no implica dejar pasar por alto algunos detalles que considero importantes del interior, principalmente porque creo que afectan a lo cómodos que estaremos al volante. Estos aspectos los veremos en la segunda parte de la prueba, mientras que en esta primera parte nos centraremos en la mecánica del Mazda 2 al que hemos echado el guante.
102 CV algo descafeinados para los tiempos que corren
Y no precisamente por la potencia en si del coche, que 102 CV son más que suficientes para ponerse a velocidades ilegales (eso si, estrujándolo un poco), sino porque es demasiado lineal, sin demasiada vida. Le falta sentimiento, y es que esa quizá fue mi equivocación al juntar esos 102 CV con la palabra Sportive, pensar que sería una versión con algún toque deportivo.
Aunque el downsizing nos está atormentando en modelos tan míticos como puede ser el BMW M3, lo cierto es que está consiguiendo evolucionar los motores gasolina, algo que no había pasado (al menos a este nivel) durante muchos años. Gracias al downsizing podemos ver motores bicilíndricos turbo con 100 CV, que puede sonar mal, pero seguro que se mueve bastante bien.
Todo este pequeño rollo de encima viene porque es fácil mal acostumbrarse a lo bueno, a tener mucho par y buenas recuperaciones a bajas vueltas incluso con motores gasolina. Es algo que he notado en este motor, aunque no está mal ni de par ni de potencia para su cilindrada, pero se le notan los años. Como he comentado, el motor es bastante lineal y empuja lo suficiente como para que no nos veamos faltos de potencia en casi cualquier situación, tanto en ciudad como en carretera, pero sin pedir excesos. Tanto en recuperaciones como si lo estiramos más allá de las 4.000 vueltas notaremos que le falta algo.
Será habitual tener que reducir una marcha para poder ganar velocidad desde bajas vueltas, o tener que reducir en algunas autopistas con bastante pendiente. Tampoco es nada nuevo, es algo que se lleva haciendo años con los motores gasolina atmosféricos de potencia normal. Tampoco quiero que se me malinterprete. Este motor me parece correcto a secas, salvo que hay rivales que consiguen la misma potencia pero con un poco menos de cilindrada (1.4 litros, por ejemplo). Afortunadamente esta situación cambiará pronto gracias a la llegada de la tecnología SKYACTIV.
Ágil en ciudad y correcto en carretera
Aunque entraremos más en detalle sobre la dinámica del coche en la segunda parte de la prueba, vamos a comentar cómo se comporta el coche bajo un uso habitual, sobretodo enfocado al principal uso que tendrá. Lo normal será usar el coche más por ciudad y trayectos cortos, con algún uso esporádico para viajar.
En ese sentido el coche es más que correcto. La suspensión es firme y no balancea en exceso, y junto a un perfil de rueda lo suficientemente grande absorbe bastante bien las irregularidades (y los agujeros negros que hay a veces) en el asfalto. No te dolerá la espalda (ni el alma) si pasas por un agujero, algo habitual por desgracia en nuestras ciudades.
La dirección es firme pero suave, lo que permite una buena maniobrabilidad por ciudad, tanto en movimiento como para aparcar. El volante es cómodo de agarrar, gracias en parte al diámetro que tiene. El acabado de esta versión da un buen tacto, algo que hace que la sensación en general que ofrece el volante sea un poco superior al de otros modelos de la competencia.
Los pedales se ajustan a ese uso por ciudad, con un embrague blando que no costará presionar una y otra vez aunque estemos en medio de un atasco. El tamaño de los pedales es en general pequeño, y aunque también tienen un tacto suave permiten notar perfectamente la presión que estamos ejerciendo sobre ellos.
El pedal del freno se podría decir que tiene dos recorridos, pero eso mejor lo dejo para la segunda parte junto con algún otro detalle que no me ha terminado de gustar del freno. El acelerador por su parte ofrece una aceleración bastante lineal, a juego con el motor. Esto permite poder circular acelerando un poco sin que el coche de tirones, algo que tus acompañantes agradecerán.
En carretera a 110 Km/h el motor gira a unas 3.300-3.500 rpm, lo que influye en el consumo pero no en la rumorosidad. En general el coche aísla bastante bien tanto el sonido del motor como el ruido aerodinámico, lo que permite no tener que poner la radio muy alta o tener que hablar a mayor volumen. Esto permite llegar más relajados a nuestro destino, sobre todo en viajes de más de una hora.
Estos son en general los detalles que más me han llamado la atención de este Mazda2 sin entrar a fondo en el comportamiento dinámico. Os recuerdo que ya publicamos una prueba de la versión diésel, en la que os contábamos nuestras impresiones sobre otros aspectos como habitabilidad, diseño exterior e interior, extras, etc. y que os recomiendo leer.
En la siguiente parte de la prueba analizaremos el comportamiento del chasis, su tendencia a subvirar o sobrevirar, la efectividad de sus frenos, el cambio de marchas, la precisión del volante, etc. Será una prueba muy interesante, no os la perdáis.
En Diariomotor: Mazda 2 1.6 CRD de 90 CV Sportive a prueba (I) | Mazda 2 1.6 CRD de 90 CV Sportive a prueba (II) | Mazda 2 1.6 CRD de 90 CV Sportive a prueba (III) | Presentación de la gama Mazda 2009