El Jeep Wrangler es un icono en el mundo del automóvil. Al igual que otros vehículos como el Mini, el Volkswagen Beetle o el Land Rover Defender, el Wrangler mantiene viva una estética que inició su andadura en 1941, con el mítico Jeep original, diseñado como medio de transporte básico, versátil e indestructible para el ejército americano durante la segunda guerra mundial.
La presentación del Jeep Wrangler Arctic, una edición especial con equipamiento específico de la que esperan venderse 90 unidades en España a lo largo de este año, nos da la oportunidad de conocer de primera mano lo que puede ofrecer a día de hoy este “clásico actualizado” de la industria norteamericana más genuina. Hay mucho que contar, pero vayamos por partes.
Primeras impresiones
El Wrangler es un coche atractivo. Esto es lo primero que nos viene a la mente al verlo delante, en parado, con su inconfundible personalidad. Hay algo lúdico y excitante en sus formas que se transmite al observador, independientemente de sus conocimientos sobre coches, y que lo convierte inmediatamente en un juguete recién desempaquetado en la mañana de un 6 de enero.
Su expresión facial, sin duda lo más característico, es lo que permanece más fiel al Jeep Willys original, si bien el resto del coche en su forma y proporciones sigue muy condicionado por aquel coche sin puertas cuya imagen dio la vuelta al mundo asociada a diversos conflictos bélicos a mediados del siglo pasado. Técnicamente, es obvio que nada tienen que ver uno con otro.
Su imagen es su gran baza, la carta que juega Jeep en todo momento con este modelo, pero también implica ciertas limitaciones en aspectos básicos, cosa por otra parte previsible cuando tenemos en cuenta que hablamos de una silueta con 70 años a sus espaldas y, básicamente, pensada para fabricarse en otra era tecnológica.
Echemos un vistazo a sus características y equipamiento, para ir desgranando poco a poco las particularidades del coche.
Estética, acabado y equipamiento específicos de la serie Arctic
Aprovechando las fechas invernales, el Wrangler Arctic hace un guiño a la nieve, el hielo y también al abominable hombre de las nieves para vestirse de frío. Esta serie especial tiene un equipamiento cerrado, en el que sólo podremos escoger entre cambio manual de 6 velocidades o automático de 5 y dos colores alternativos: Blanco brillante y Gris plata.
El coche cuenta con una estética diferenciada exterior e interior. Los pasos de rueda son del color de la carrocería, mientras que las defensas, los estribos, las llantas específicas de aluminio de 17”, la tapa de combustible y los tiradores de las puertas, son de color negro. El contraste logra un look distinto y agradable. Diversos logos y algunas huellas del Yeti sobre el capó terminan de redondear el envoltorio.
Ya en su interior, algunos detalles en blanco, tapicería en piel sintética con costuras en naranja oscuro, a juego con las redes de las puertas y el cosido del cuero en el volante, definen una estética especial en un interior totalmente negro por lo demás. Me quedo con las alfombrillas de goma, cuyo relieve simula la huella de los neumáticos en la nieve en un guiño off-road muy simpático. De nuevo, podemos encontrar el logo “Arctic” en asientos y cuadro de instrumentos, para recordarnos que se trata de una edición especial.
En el apartado de equipamiento, la serie incorpora el sistema multimedia Uconnect Tunes cuya principal aportación es una gran pantalla táctil, conexión USB, y un disco duro interno de 30 GB para almacenar música hasta aburrirse. La conectividad con nuestro teléfono vía Bluetooth también está integrada en el equipo. Siete altavoces Infinity y un subwoofer con amplificador de 368W se encargan de darle voz al equipo.
Otros detalles incluidos, en este caso para combatir el frío, son los asientos y retrovisores calefactados, así como el climatizador automático del habitáculo. Como es propio y característico de todo Wrangler, el techo es totalmente desmontable, al igual que las puertas, ofreciendo una posibilidad única en el mercado de circular rodeado de barras antivuelco y casi sin carrocería. El parabrisas, abatible hacia delante, se antoja más difícil de llegar a utilizar.
Algunos datos técnicos
Hora de hablar de motores, pero primero vamos con la masa total, que nos permita poner en contexto la potencia que ofrece el coche. El modelo de 3 puertas desplaza 2.000 kg y el 5 puertas alcanza los 2.200 kg. Puesto que el motor diésel de 4 cilindros DOHC 2.8 litros common-rail desarrolla 200 CV, hablamos de una relación peso/potencia de 10 kg/CV en el mejor de los casos, que podemos calificar de adecuada para la filosofía del vehículo, pero muy alejada de cualquier pretensión deportiva (que no sea la de arrastrar un yate o un remolque con una moto de nieve).
La mencionada potencia máxima se alcanza a unas tranquilas 3.600 rpm. Por su parte, el par máximo de 460 N.m está disponible entre 1.600 y 2.600 rpm. para el modelo automático, mientras que el manual se conforma con 410 N.m entre 2.600 y 3.200 rpm. Es curioso que el motor se haya adaptado a los dos cambios de modo distinto pero, en cualquier caso, parece que remolcar se le dará mejor que correr.
El modelo manual cuenta con un sistema Start-Stop (no así el automático) lo que reduce sustancialmente los consumos homologados. En ciudad, se mueve entre los 8,3 l/100km del manual 3 puertas y los 10 l/100km del automático 5 puertas; en carretera, entre los 6,5 y 7,3 l/100km, mientras que el consumo combinado queda como sigue:
3p Manual – 7,1 l/100km
3p Automático – 8,1 l/100km
5p Manual – 7,4 l/100km
5p Automático – 8,3 l/100km
La verdad es que no están nada mal para un coche de este tipo, demostrando que el motor de origen italiano combinado con el sistema Start-Stop hacen un buen trabajo en conjunto. Las emisiones de CO2 oscilan entre los 187 y los 217g/km.
En cuanto a prestaciones, mencionar sólo dos cifras que también nos dan una buena medida del carácter del coche: alcanza los 100 km/h en 10,6s (versión 3p) que se van a los 11,1 en el manual de 5 puertas (el más lento). La velocidad máxima es de unos modestos 172 km/h.
Con respecto a la transmisión y el tren de rodadura, es el mismo que el del modelo Sahara (intermedio en la gama Wrangler) con ejes rígidos Dana de alta resistencia, pero sin los sistemas de bloqueo de diferenciales que sí lleva el Rubicon (tope de gama).
Hasta aquí por hoy, mañana nos subiremos a los mandos y veremos las sensaciones que transmite en la práctica toda esta colección de datos y equipamientos.
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