Si del Opel Mokka podíamos decir que mantiene la línea y diseño interior del Astra, Citroën ha optado por una adaptación al mundo crossover más clásica en el C4 Aircross: mayor tamaño y comodidad, pero con un interior que no está a la altura del C4.
Son detalles simples pero contundentes, como el volante o incluso el navegador. Algunos plásticos como los paneles de las puertas son los mismos, pero en general se echa en falta esa calidez del nuevo C4. Un contrapunto con el exterior, que sí se adapta al nuevo C4 y al que no hay nada que objetar. Algunos puntos no dejan de ser llamativos como las carcasas de los retrovisores o los arcos protectores en color mate.
Por lo demás es una evolución del C-Crosser, con lo que sus compradores buscan en un coche así: espacio, posición de conducción alta y habilidades camperas sin llegar a todoterreno puro. La tracción integral será una opción más por lo que es de esperar que los C4 Aircross 4×2 con motor diésel sean los que más ventas acaparen.
Más información en el artículo completo del Citroën C4 Aircross.
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