El jueves os comenzamos a hablar del Volkswagen Polo BlueMotion que hemos estado probando. En la primera parte hemos visto todo lo relativo a un diseño aerodinámico que reduce su coeficiente aerodinámico hasta 0,31, una cifra buena para un utilitario del segmento B. Su habitáculo nos ha parecido muy bien rematado, posiblemente el mejor rematado de todo el segmento de los utilitarios generalistas. Las plazas traseras son correctas, pero quizá podrían ser algo más amplias.
El Volkswagen Polo mide 3,97 metros de longitud, 1,68 metros de ancho y 1,46 metros de ancho. Tiene una batalla de 2.470 mm y en esta versión un peso total de aproximadamente 1.200 kg. Su motor es denominado 1.2 TDI por Volkswagen, y es un turbodiésel de tres cilindros. Es un motor 1.6 TDI al que se le ha quitado un cilindro. Con 1.199 cc genera una potencia máxima de 75 CV a 4.200 rpm y un par máximo de 180 Nm a 2.000 rpm. Su turbo es de geometría fija, y su alimentación por raíl común.
Sus prestaciones son discretas: acelera hasta los 100 km/h en 13,9 segundos y su punta de ficha es de 173 km/h. Sin embargo, lo compensa con un consumo medio de sólo 3,4 l/100 km, equivalente a 89 g/km de dióxido de carbono. Su consumo homologado en carretera es de sólo 3,0 l/100 km, con 4,1 l/100 km en ciclo urbano. No paga Impuesto de Matriculación. Es un tracción delantera, con una caja de cambios manual de cinco relaciones bastante largas para la potencia del coche.
Cuenta con automatismo Stop&Start. Su esquema de suspensión es el típico de un utilitario: independiente delante, barra de torsión detrás. Lleva frenos de disco de 256 mm en el eje delantero, pero tambores en el eje trasero. Los neumáticos son Dunlop SP Sport 01 – en esta unidad – de medidas 185/60 R15 y su depósito de combustible es de 45 litros. Lleno y en condiciones reales debería dar para al menos 900 km de uso urbano e interurbano. Veamos qué tal se comporta.
Comportamiento urbano
Por dimensiones y maniobrabilidad el Volkswagen Polo es tan ágil como podría ser cualquier otro utilitario de su tamaño. Un punto a destacar es una visibilidad muy correcta desde su interior, gracias a una luna trasera sin artificios de diseño y unos pilares que no son tan anchos como en otros rivales. La suspensión filtra bien los baches, a lo que ayudan unos neumáticos con un perfil generoso. Tenía mis dudas acerca del refinamiento del motor tricilíndrico.
Arranco el motor y el coche se agita, pero el típico traqueteo y sonido poco agradable de un tres en línea está muy apaciguado. Cuando está caliente y al ralentí es casi imperceptible, cosa que me ha sorprendido pero que muy para bien. En aceleración es inevitable un mayor nivel de vibraciones, que por ejemplo no llega a alcanzar el nivel de un antiguo Volkswagen Polo con motor 1.9 TDI. Su sonido bajo aceleración fuerte es de hecho muy parecido al antiguo bomba-inyector de cuatro cilindros.
Al tratarse de una versión BlueMotion, el sistema Stop&Start es de serie. El sistema funciona a los pocos minutos de arrancar y es relativamente rápido en su funcionamiento, aunque no tanto como el e-HDi del Grupo PSA. El consumo urbano si cuidamos un poco las aceleraciones y somos eficientes puede bajar de los 5 l/100 km. Nuestro ciclo de consumo habitual arrojó un gasto de 5,3 l/100 km, lo que unido a su facilidad para aparcar convierte el tráfico urbano en un chiste para el Polo.
Comportamiento rutero aceptable
Los 75 CV del motor 1.2 TDI son suficientes para el tráfico urbano, y también lo son para el tráfico extraurbano, con reservas. El motor es muy progresivo, y no se amilana al estirar las marchas, pero no podemos exigirle velocidades muy altas o aceleraciones fulgurantes. En cuestas pronunciadas hay que olvidarse de ganar velocidad y el coche se encuentra al borde de perderla. No obstante, es un coche que soporta perfectamente viajes de más de 700 km a velocidades legales.
Para comprobarlo viajamos hasta Galicia desde Madrid, donde el Polo BlueMotion nos demostró que no tiene problema en sostener velocidades altas con consumos contenidos siempre. En el ciclo habitual de autopista hemos registrado un consumo medio de 4,4 l/100 km, que es un poco más alto que el medido en el Lancia Ypsilon 1.3 Multijet. La diferencia se debe a que las ventajas de consumo del Polo se aprovechan practicando una conducción eficiente, haciendo buen uso de inercia y orografía.
En recorridos extraurbanos por vías madrileñas de circunvalación hemos logrado consumos siempre de menos de 4 l/100 km y en un recorrido desde Getafe a Tres Cantos y vuelta un gasto de sólo 3,1 l/100 km, haciendo conducción eficiente. Gran parte de este consumo es de agradecer a la poca retención que ofrece al motor, con lo que se pueden aprovechar muy bien las inercias, en las que el motor no gasta combustible. También hemos medido consumos desde una óptica completamente ineficiente.
Acelerando bruscamente, ignorando las recomendaciones de cambio de marcha y circulando rápido nunca hemos conseguido superar los 6,2 l/100 km, por lo que se trata de un coche muy frugal. A nivel de sonoridad es un coche con una rodadura silenciosa, a un nivel superior al de algunos compactos. No obstante, tengo quejas sobre la suspensión. Está rebajada para mejorar la aerodinámica pero sigue siendo bastante blanda, por lo que el coche es muy rebotón ante baches grandes.
Es incómodo sólo en esa circunstancia, consecuencia de unir poco recorrido de suspensiones a un reglaje confortable.
Algunas peculiaridades adicionales, más sobre dinámica
75 CV son una cifra moderada de potencia, y efectivamente el motor requiere de bastante juego con la palanca de cambios, además de pisar con ganas el pedal derecho. Lo que me ha sorprendido es el increíble margen de utilización que tiene. Desde las 1.400 rpm ya empuja con fuerza y no corta encendido hasta unas alucinantes – para un diésel – 5.400 rpm. El tacto de la palanca de cambios es bastante preciso y la dirección convence, aún resultando un poco ligera para circular por vías rápidas.
Es un coche que no incita a conducir rápido, sino que incita a ir despacio gastando tanto combustible con una moto scooter. No obstante, responde como debería en puertos de montaña y a ritmos ágiles, todo lo que sus 75 CV le permiten, claro está. Como conclusiones, he quedado muy contento con el motor de tres cilindros y con los consumos, irrisorios. Mañana repasamos rivales, precios y emitimos las conclusiones: ¿merece la pena un coche como el Volkswagen Polo BlueMotion?
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