Desde que Kia se introdujese en España en los años 90 no han pasado siquiera 20 años. La que antes era vista como una marca barata y de baja calidad es hoy en día un fabricante consolidado cuyas ventas parecen no dejar de crecer en todo el mundo. Como todos los fabricantes tiene un vehículo de acceso a la gama, un urbano de bajo coste enfocado principalmente a la ciudad, con un precio sustancialmente inferior a los 10.000€. Esta semana probamos para vosotros el Kia Picanto.
No es desde luego el vehículo más glamouroso de la marca, pero mi compañero David Villarreal ya está preparando una prueba del Kia Optima para dentro de unas pocas semanas, no os preocupéis. El Kia Picanto lleva en el mercado desde el año 2004 y ha cosechado un éxito notable en los mercados europeos. Aún siendo un vehículo “muy asiático” en su concepto, origen y fabricación, ha encontrado su hueco en los mercados occidentales por su simplicidad, bajo coste y fiabilidad.
El Kia Picanto se lleva vendiendo desde el año 2004 en Europa y en otros mercados es conocido como Kia Morning. Tras varios lavados de cara más o menos profundos en 2011 fue lanzada la segunda generación, completamente renovada. Es un coche más grande y superior en todos los sentidos a su predecesor. Hasta hace unos meses, era uno de los pocos coches que no podía llevar control de estabilidad ni en opción, cosa que por fortuna ya ha sido subsanada por la marca.
Sigue sin llevar ESP de serie, y nuestra unidad no estaba equipada con ese sistema. En cualquier caso, siguie siendo un coche perfectamente válido. La versión que hemos probado monta un motor 1.0 CVVT de tres cilindros y nueva factura, con 69 CV y un consumo muy bajo en todas circunstancia. Con un acabado básico Concept, a la hora de recoger la unidad de prensa en Alcobendas su odómetro marcaba unos 5.500 km. Así hemos pasado una semana a su volante.
Un diseño simpático y alegre
Si un coche urbano no fuese medianamente alegre nadie lo querría comprar. El Kia Picanto cumple con creces en este aspecto y de hecho me parece junto al Volkswagen up! uno de los urbanos más simpáticos y pintones del mercado. El frontal del Kia Picanto nos muestra la clásica calandra de familia de Kia, que aún siendo reconocible en toda la gama, varía en cada modelo. Unas grandes ópticas adornan los laterales de su cara, mientras que las luces diurnas van colocadas en los laterales del paragolpes.
El perfil lateral es más musculoso que en su predecesor, más robusto, pero se sigue notando que estamos ante un urbano. Las ruedas son pequeñas y los tapacubos de 14 pulgadas siguen estando muy presentes. Con llantas de 15 pulgadas el coche gana varios enteros estéticamente. Los espejos retrovisores y los tiradores de las puertas son de plástico negro en esta versión. Desluce en parte al conjunto, pero al estar los paragolpes pintados del color de la carrocería disimulan bastante.
La zaga me parece una de las partes más bonitas del coche, con dos pequeñas ópticas en forma de boomerang. No son LED, usan bombillas halógenas en todos los casos, pero dejan una bonita huella lumínica cuando es de noche. El logotipo aparece a la izquierda del pequeño portón, en la misma tipografía que su primera generación. Es en resumen un coche atractivo para ser un urbano, que llama razonablemente la atención y que se desmarca ligeramente de otras opciones del segmento. Pasemos a su interior.
Amplio y bien rematado, dentro de unos límites
Con un coche que mide menos de 3,60 metros no podemos esperar toneladas de espacio interior, pero el Kia Picanto me ha sorprendido en ese aspecto. Aunque estamos sentados muy cerca del pasajero, las rodillas no chocan contra la consola central, hay un espacio razonable hasta el techo y todos los mandos quedan muy a mano. Hay algún fallito como un volante no regulable en profundidad y sin forrar de cuero, pero es algo perdonable en un vehículo que cuesta menos de 9.000€ y de uso urbano.
El asiento es algo pequeño para un adulto corpulento como yo. El salpicadero es de una sola pieza y está íntegramente construido en plástico duro. Los acabados plateados de la consola central son bonitos y el ajuste de los mandos de climatización y sonido es preciso. No podemos esperar acabados perfectos, pero son mejores de lo que esperaba, sin fallos aparentes. Sencillos, pero más que correctos. La palanca de cambios también es de plástico y queda muy a mano, al ser pequeño el habitáculo.
Bajo la consola central hay dos huecos portabebidas capaz de albergar más objetos, además de una toma de corriente. Las puertas delanteras tienen hueco suficiente para botellas grandes y la guantera tiene un tamaño interesante para un urbano. Los elevalunas eléctricos sólo accionan las ventanillas delanteras. Me bajo del asiento y paso a ocupar una de las tres plazas traseras.
Espacio trasero bien distribuido
El Kia Picanto tiene tres plazas traseras, a diferencia de muchos urbanos. Abro la puerta y me sorprende lo poco que pesa: con un dedo podemos empujarla para cerrarla al completo. Tres adultos irán como sardinas en lata, ya dos adultos van bastante cercanos sin llegar a tocarse. El espacio para las piernas es suficiente para una persona de 1,80 metros, pero no más. Mi cabeza está cerca del techo, pero aún queda margen. Para un urbano de 3,59 metros creo que el espacio está bien aprovechado.
Pocos sacrificios en maletero
Un coche como el Kia Picanto va a servir para ir mucho al supermercado, pero mucho me temo que en el maletero sólo hay espacio para 200 litros de carga. Aún así, es más que el espacio disponible en un Mini y en otros urbanos. La boca de carga y el espacio disponible facilitan la carga y descarga de bultos. Si no es posible cargar todo en el maletero el asiento trasero suele venir muy bien para transportar pequeñas cargas, cosa muy socorrida en todo tipo de vehículos, no sólo urbanos.
Bajo el maletero hay unos pequeños compartimentos en los que guardar pequeños objetos y si levantamos dicha bandeja nos daremos de bruces con el kit antipinchazos, o “kit de movilidad”, como estos días lo llaman. Una rueda de repuesto siempre es mejor, en cualquier caso. Abatiendo los asientos traseros se obtiene un piso de carga plano – muy útil en un urbano – de 870 litros. Casi un metro cúbico para transportar objetos más voluminosos.
Mañana seguimos…
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