Si te dicen que alguien ha tenido el suficiente valor de pagar cerca de 240.000€ por un Volvo, es probable que lo taches de loco. Pues lo cierto es que eso mismo sucedió hace apenas unos días. Por todos es sabido que Volvo hace vehículos de altísima calidad, elegantes y seguros, pero ni por todas esas razones ni muchas otras estaría dispuesto a pagar por una berlina sueca más que por un Ferrari 458 Spider… o, ¿realmente merecería la pena pagar esa millonada en el caso que nos ocupa?
Razón nº1: el Volvo S60 Polestar Concept no es un Volvo cualquiera, es un prototipo único. Existe una ley no escrita que dice que cualquier prototipo, por estrafalario y desorbitado que sea su precio, bien lo vale por el mero hecho de ser una pieza única que se recordará y revalorizará con el paso de los años. De paso enlazamos con la Razón nº2: además de prototipo es un deportivo de carreras. Sus creadores, Polestar Performance, son expertos en tomar un Volvo de calle y transformarlo en la máquina más rápida y potente del circuito, sus victorias y el empeño con que los de Gotemburgo recurren a ellos lo atestiguan.
“Lobo con piel de reno”: apariencia sencilla pero mucha potencia en su interior
Razón nº3: jugándoselo todo al turbo (y a los seis en línea). Mientras otras berlinas alemanas, con las que teóricamente debería batirse un hipotético Volvo S60 Polestar de calle, confían en grandes motores de ocho cilindros en uve, el de Volvo apuesta por seis cilindros en línea y mucha presión en el turbo Garrett. Por otro lado tomar prestado un motor de apenas 300 CV y ganar otros 200 CV, requiere muchas modificaciones y la experiencia en competición ganada por Volvo.
Razón nº4: benditos cambios manuales. Transmisiones secuenciales, cambios de doble embrague, todos ellos están acabando con el placer de engranar marchas con una palanca en forma de H tradicional. En Polestar fueron respetuosos y mantuvieron una transmisión manual de seis velocidades y una agradable palanca con el pomo tapizado de Alcantara.
Razón nº5: este Volvo es tan caro como un Ferrari, por que también es tan rápido como un Ferrari. Nos lamentábamos al principio de que el Volvo S60 Polestar se hubiese vendido a un cliente por un precio similar al de un Ferrari 458 Spider, pero es que el cavallino sólo tardaría medio segundo menos en alcanzar los 100 km/h desde parado y en recta su velocidad máxima es sólo 30 km/h superior. Por contra el Ferrari no podría llevar a bordo a toda la familia, y aún menos su equipaje, con todo el confort de una buena berlina sueca.
Fuente: Piston Heads
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