Hace unos días tuvimos ocasión asistir a la presentación mundial en Lisboa del último Renault eléctrico. Aparte de invitaros a leer la prueba completa del nuevo Renault Zoe en nuestro blog más tecnológico, Tecmovia, vamos a desgranar aquí los aspectos esenciales del eléctrico más esperado del año.
El Renault Zoe llega con la bandera de sus cero emisiones y 210 km de autonomía en ciclo NEDC, toda una proeza para sus baterías de 22kWh, así como la promesa de coche práctico y razonable. A partir de aquí la pregunta a responder está bastante clara ¿ha llegado por fin el eléctrico que el mundo estaba esperando? Vamos a verlo con detalle.
Renault Zoe: planteamiento, diseño y calidades
El Zoe comparte plataforma con el Renault Clio, aunque es 12 cm más alto. Mide 4.084 mm de largo, que lo posicionan como un utilitario del segmento B, posiblemente la categoría más coherente con las posibilidades de un coche a baterías.
Concebido como eléctrico desde el principio, sus baterías están alojadas en el fondo del coche, entre los dos ejes, lo que le permite llegar a los 338 l de maletero al tiempo que baja su centro de gravedad y le otorga un reparto de masas excelente.
El coche sorprende por sus calidades. Teniendo en cuenta la necesidad de ahorro de costes que tiene todo coche eléctrico, los acabados no destacan pero tampoco tienen nada que envidiar a cualquier otro coche de la categoría. Todo está muy bien ajustado y el diseño del conjunto es fresco y moderno tanto por dentro como por fuera. Apenas hemos podido ponerle mínimas pegas en ciertos detalles del interior y exteriormente el coche llama la atención por la calle. Su línea resulta novedosa y atractiva, sin estridencias.
Renault Zoe: comportamiento, consumos y autonomía
El comportamiento del Zoe nos ha sorprendido positivamente. La combinación de motor eléctrico con la ausencia de caja de cambios le otorga una aceleración lineal y progresiva que se muestra incluso contundente a baja velocidad. El 0 – 50 km/h se produce en 4 segundos y el 0 – 80 km/h en 8,6 segundos, gracias a su par de giro instantáneo y a sus (aparentemente modestos) 88 CV de potencia. A velocidades moderadas, anda mucho más de lo que podríamos pensar.
En ciudad, sin duda el terreno natural del coche, resulta imbatible. Rápido, ágil, silencioso, cómodo… se acaban los adjetivos para describirlo. Nada se puede comparar al comportamiento urbano de un eléctrico, superando todo lo conocido en motores de combustión en practicidad, agrado y facilidad de conducción.
En carretera, ayudado por una suspensión muy acertada y una dirección de lo mejor del mercado, logra moverse con agilidad sorprendente y consigue sacarnos una sonrisa permanente a la hora de abordar las curvas. Es un juguete delicioso y el excelente reparto de masas se traduce en sensaciones positivas en todo momento. Mientras tanto, el motor no se queda corto y su respuesta instantánea se convierte en un arma eficaz entre curva y curva. Por debajo de 100 km/h, va de lujo.
Llegamos a la autopista y con ella al primer punto débil del coche. Lo cierto es que alcanza los 120 km/h sin el más mínimo esfuerzo y los mantiene fácilmente incluso en pendiente, mientras que su comportamiento vuelve a ser sobresaliente. Nada de eso presenta problemas, pero a 120 km/h nos fundiríamos la batería en unos 100 km, suponiendo un terreno horizontal y ausencia de viento (con viento en contra o en pendiente, prácticamente veríamos bajar las barritas de carga una tras otra).
Así las cosas, el Zoe es un coche sobresaliente en comportamiento sea cual sea la circunstancia, pero incapaz de realizar largos trayectos diga lo que diga el ciclo NEDC. La autonomía en ciudad o carretera debería oscilar entre los 120 y 150 km reales, pero en autopista se desinflará bastante antes. Así pues, viajar en él no es una opción, quedando circunscrito al ámbito urbano o periurbano sin excepciones.
Precios del Renault Zoe y razonabilidad económica
Los precios del Ranault Zoe, descontando la ayuda del gobierno para la adquisición de coches eléctricos (se supone que está a punto de volver a aplicarse y que ascenderá a 5.500€) y descontando el plan PIVE 2 (otros 2.100€) partirían de los 13.650€ para el equipamiento básico “Life” y llegan hasta los 15.450€ para los acabados “Zen” e “Intens”. Se posiciona bastante bien, por tanto, entre los coches de su segmento por tamaño y precio.
Una peculiaridad de estos precios es que implican dos gastos adicionales bastante importantes. El primero es el Wall-box, es decir, el cargador de Renault que tendremos que instalar en el garaje para poder recargarlo (el Renault Zoe es totalmente incompatible con un enchufe doméstico). Su coste es de unos 1.000€ y su instalación dependerá de cada edificio. El segundo coste añadido, bastante más importante, es el alquiler perpetuo de baterías, que no van incluidas en el precio y nunca son de nuestra propiedad.
Este alquiler asciende a 79€/mes para un contrato de tres años y 12.500 km/año y sólo podremos dejar de pagarlo dando de baja el coche o transfiriendo la cuota a otro propietario. A cambio, el precio inicial del coche es realmente competitivo y Renault nos garantiza las baterías de por vida, incluyendo su eventual remplazo cuando su capacidad baje hasta el 75% de la original.
Parece evidente que son esos 79€/mes fijos para siempre los que habrá que compensar con ahorros de combustible para que el coche tenga sentido económico. Según mis cálculos, alrededor de los mencionados 12.500 km/mes se produce más o menos un empate en costes con un Renault Clio de 90 CV gasolina, inferior en comportamiento y agrado de conducción, pero que puede viajar y repostar en cualquier parte.
Conclusiones y balance final
En este caso, las conclusiones son sencillas. El Renault Zoe brilla con luz propia por diseño, acabados, equipamiento y comportamiento dinámico en cualquier circunstancia. Es uno de los coches más redondos que hemos podido probar y realmente enamora al volante. Su precio de partida, incluso con el Wall-box de recarga no es en absoluto desorbitado, lo que invita a considerarlo como opción.
El problema, como no podía ser de otro modo, viene a la hora de viajar (es sencillamente imposible) y a la hora de compensar en consumos una cuota de 79€/mes que tendremos que pagar aunque el coche no se mueva. Esta compensación será tanto más probable cuantos más kilómetros hagamos, pero en un coche que no puede salir de la ciudad no será fácil alcanzar cifras demasiado elevadas.
Dicho esto, como segundo coche para un uso estrictamente urbano, confiando en que nuestras necesidades no cambiarán en mucho tiempo y aunque los números por sí solos no acaben de salir del todo, la verdad es que el coche va realmente bien.
En Tecmovia: Renault Zoe, presentación y prueba en Lisboa (I): planteamiento, diseño y calidades |
Renault Zoe, presentación y prueba en Lisboa (II): comportamiento, consumos y autonomía |
Renault Zoe, presentación y prueba en Lisboa (III): alquiler de baterías, recarga, precios para España y conclusiones