A principios de año, mi compañero Óscar asistió en Niza a la presentación del Honda Civic 1.6 i-DTEC de 120 CV, una nueva motorización de acceso en diésel para el renovado compacto nipón. Sin lugar a dudas, se trata de un propulsor muy importante para Honda ya que los motores diésel de esa potencia son los más comercializados en Europa, no sólo en el segmento de los compactos sino que cada vez van ganando más peso en segmentos como los utilitarios, las berlinas C o incluso los SUV medios.
Tras el contacto que tuvimos el mes de enero, hemos solicitado a Honda una unidad del nuevo Civic 1.6 i-DTEC de 120 CV durante una semana para poder exprimir a fondo el motor y comprobar cuál es su funcionamiento en todo tipo de situaciones. Anteriormente ya habíamos realizado una prueba del Honda Civic con motor 1.4 gasolina de 99 CV también en el acabado Sport, por lo que en esta ocasión nos centraremos exclusivamente en la mecánica. Veamos a continuación qué nos ofrece este nuevo integrante de la familia de motores Earth Dreams Technology de Honda.
Se trata de un bloque turbodiésel de 1.6 litros de cilindrada con una relación de compresión de 16:1, situado en posición transversal. Cuenta con inyección por raíl común, turbo de geometría variable y de serie viene montado con el dispositivo start-stop. La potencia máxima que entrega es de 120 CV medidos a 4.000 rpm, mientras que el par motor máximo es de 300 Nm disponibles desde 2.000 rpm. Únicamente se ofrece con una caja de cambios manual de seis velocidades.
El Honda Civic i-DTEC de 120 CV es hábil y enérgico en ciudad, pero con consumos muy sensibles
Sin más dilaciones, pasamos a arrancar el coche. El arranque es mediante llave, nada de botones ni otras moderneces, aunque sí que nos obliga a pisar el embrague antes de arrancar. Tras girar la llave, comprobamos que el sonido que se transmite al habitáculo en frío es relativamente elevado, aunque esto es común en compactos rivales. El engranaje de las marchas es fácil, sin pastosidades ni holguras excesivas. De hecho, son más bien tirando a cortos, algo que personalmente me gusta.
El Honda Civic diésel de 120 CV se mueve con mucha soltura por ciudad, ya que las relaciones de las tres primeras marchas son muy cortas, algo que es seña de identidad del Civic. No sólo el corto recorrido de estas relaciones ayuda a una buena respuesta, sino que también el motor pone mucho de su parte, ya que a partir de 1.900-2.000 rpm tiene muchísima fuerza. De hecho, me aventuraría a decir que nunca he visto una respuesta tan ágil en un coche moderno de 120 CV de su tamaño, a pesar de sus 1.385 kg de peso.
No obstante, la fuerza con la que responde el motor y el aprovechamiento de sus marchas cortas hace que el consumo se vea resentido más de lo que debería. Si nos despreocupamos de ir buscando el menor consumo mínimo, nos encontramos con cifras de consumo en ciudad de unos 5 litros, incluso con cifras que rondan los 5.5 l/100 km, lo cual es una gran diferencia respecto a los 4.1 l/100 km de ficha en consumo urbano. No obstante, controlando las aceleraciones (lo cual no significa ir lento) y conduciendo de forma suave y muy comedida, he llegado a registrar consumos con tráfico intenso en Madrid de unos 4.6 o 4.7 l/100 km.
El funcionamiento del start-stop resulta muy suave, ya que tanto el calado del motor como el posterior arranque se produce sin vibraciones ni golpes secos, que sí me he encontrado en otros modelos. El dispositivo start-stop puede desactivarse pero en todo momento llevábamos el modo ECO activado para intentar reducir al máximo el consumo. El hecho de que este modo esté activado no está reñido con las prestaciones, puesto que a nivel práctico apenas se notan las diferencias.
Las dimensiones del coche son correctas para circular por ciudad, y la cámara de aparcamiento facilita mucho las maniobras de estacionamiento, aunque no cuenta con sensores. El principal problema que he visto al coche en ciudad es la luneta trasera, dividida en dos partes por la luz de freno y que hace que se pierda mucha superficie útil de visión.
Unas cuatro primeras marchas cortas permiten disfrutar en carreteras reviradas
Si salimos de la ciudad y nos adentramos en autopistas o en las grandes vías de circunvalación que rodean Madrid, comprobamos que el nuevo motor diésel de 120 CV de Honda es más que suficiente para mover el coche con soltura, Ya dejamos claro que las tres primeras marchas para ciudad son perfectas, pero en carreteras abiertas también comprobamos que la cuarta velocidad es relativamente corta, lo cual permite que el coche responda con mucha agilidad si se engrana la marcha a partir de unos 60-65 km/h. A partir de las 1.900 rpm, el coche acelera con fuerza hasta unas 4.200 rpm, momento en el que desfallece el motor.
Durante la semana que he disfrutado del Civic, he realizado varios ciclos de conducción en carreteras nacionales y comarcales para comprobar los consumos. Si llevamos un ritmo tranquilo y circulamos a 90 km/h en sexta marcha por carreteras sin mucho desnivel ni cambios de velocidad abundantes, el consumo llega a estar por debajo de los 4 litros según el ordenador, si bien es difícil mantener este consumo a raya. Si nos adentramos en carreteras con cambios de ritmo, la cifra puede subir hasta 5 l/100 km.
A la hora de intentar disfrutar y exprimir el coche a tope, he de decir que la dirección del Civic no me ha convencido demasiado en cuanto a la información que transmite al conductor. A pesar de que las suspensiones son muy correctas, con una dureza algo superior de la media del segmento compacto, la dirección da unas sensaciones artificiales y no sabemos realmente cómo estamos pisando. En este tipo de conducción se obtienen medias de hasta 6 l/100 km cuando se va a saco. No resulta un motor muy sediento cuando se exige demasiado, pero por contra no es el más ahorrador en conducción tranquila.
Consumos inferiores a 4 l/100 km en autopista
Por último hablamos de sus consumos en autopista. La citada dureza de la suspensión no resulta un impedimento para viajar con comodidad por autopista a unos 125 km/h de control de velocidad. La quinta y la sexta velocidad de la caja de cambios son de recorridos largos, algo que no nos sorprende para nada. A partir de unos 100 km/h, es recomendable llanear en sexta velocidad para registrar el consumo más bajo posible, a velocidades inferiores resulta insuficiente para intentar ganar velocidad en caso de ser necesario.
Circulando a 125 km/h de marcador en autopistas llanas, el consumo varía de forma importante con la orografía del terreno. Así, en trayectos completamente llanos he logrado consumos de 3.7 l/100 km, pero en zonas con desniveles el coche ha registrado consumos de hasta 4,2 l/100 km. En Madrid, un trayecto desde Moncloa hasta Guadarrama por la A6, en una ascensión casi constante durante unos 50 km, el consumo medio llegó a 4,6 l/100 km. No obstante, en recorridos largos por autopistas sin desnivel, las cifras arrojadas son inferiores a 4 l/100 km. Son buenos registros, pero lejos de los 3.5 l/100 km de consumo extraurbano que promete la ficha del coche.
A nivel general, el motor resulta ruidoso, muy probablemente debido a una falta de aislamiento porque el ruido es perceptible en un rango de velocidades muy alto incluso cuando está en caliente. De hecho, sólo queda camuflado por el sonido aerodinámico cuando superamos los 100 km/h, momento en el cual el sonido de las rodaduras y del aire superan al propio sonido del motor.
Tras haber disfrutado del coche durante una semana, nos llevamos la conclusión de que el nuevo motor 1.6 i-DTEC de 120 CV de Honda es un propulsor muy eficaz, enérgico capaz de mover con mucha soltura el Honda Civic, si bien los consumos reales – aunque bajos – están notablemente por encima de lo que la ficha homologada anuncia.
Fotografías de David Villarreal
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