Para competir en Europa el nuevo Honda CR-V necesita un motor diésel de baja cilindrada, modesto por su potencia y austero en sus consumos. Ese era uno de los pocos defectos que destacábamos en nuestra prueba del Honda CR-V 2.2 i-DTEC de 150 CV y la razón por la cual Honda ya se ha apresurado a incluir en la gama CR-V el que será a partir de ahora su motor estrella en Europa y el revulsivo de su modelo compacto, el Honda Civic.
El nuevo Honda CR-V 1.6 i-DTEC con 120 CV de potencia y 300 Nm de par máximo estará disponible con tracción delantera y transmisión manual de seis relaciones, con una caja de cambios mejorada respecto a la presente en 2.2 i-DTEC (es 7 kilogramos más ligera, su marcha atrás es más suave y se ha trabajado para que su tacto sea más agradable). El resultado más plausible lo tendremos en sus consumos, que en el ciclo mixto según homologación será de 4,5 litros/100 kilómetros, y en sus emisiones, por debajo de los 120 g/km de CO2. En España estaría exento del Impuesto de Matriculación.
Dado que este motor ha sido diseñado específicamente para el mercado europeo, su producción se llevará a cabo en exclusividad en la factoría de Swindon en Reino Unido, de la que saldrá un motor 1.6 i-DTEC cada 138 segundos. El Honda CR-V 1.6 i-DTEC contará con sistema de parada y arranque automático de serie, asistente de conducción eficiente y un botón ECON que pone límites al trabajo del compresor del aire acondicionado para que su carga sobre el motor, y por lo tanto su influencia en el consumo, sea menor.
Entre sus rivales, muy pocos SUV compactos pueden presumir de unas cifras de consumo homologado tan bajas. Por mencionar dos ejemplos, el Mazda CX-5 SKYACTIV-D 2.2 (150 CV) de tracción delantera homologa un consumo similar y es más potente. Otro ejemplo lo tenemos con el Toyota RAV-4 120D que con 124 CV homologa 4,9 litros/100 kilómetros.
Fuente: Honda
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