Volvo comienza poco a poco la introducción de los motores DRIVE-E en su gama. Estos propulsores emplean una arquitectura modular de cuatro cilindros y dos litros de cilindrada – tanto en gasolina como diésel – logrando potencias de entre 120 y 306 CV. Ya tenemos datos más concretos de prestaciones y consumos, concretamente para los Volvo S60 y V60 con motores turbodiésel D4 y gasolina T5 y T6. Por el momento sólo se asociarán a aplicaciones de tracción delantera.
El propulsor D4 es un moderno turbodiésel que entregará 181 CV de potencia, una cifra más que adecuada para todos los vehículos de Volvo, salvo quizá el nuevo XC90. Sobre un Volvo S60/V60 se asocia a una caja de cambios manual, además de una caja de cambios automática de ocho relaciones de convertidor de par. Contando con tecnologías de recuperación de energía, Stop&Start y common-rail de última generación, logra unas emisiones de dióxido de carbono de sólamente 99 g/km, una cifra excelente.
Sus emisiones equivalen a un consumo medio de sólo 3,8 l/100 km. Mecánicamente hablando, es un motor que hace gala de una tecnología llama i-ART, que Volvo equipara a la introducción de la sonda Lambda en sus motores durante los años 80. Se trata de un control por cilindro de la presión del sistema common-rail (2.500 bares), en vez de un control único para todo el sistema. De esta manera se puede variar individualmente la presión del sistema, lográndose una mayor eficiencia de combustión y un consumo más contenido.
El motor T6 es también un motor de cuatro cilindros y dos litros, pero de gasolina. Combina inyección directa, turbo y compresor, de forma similar a los motores TwinCharger del Grupo Volkswagen. Con sólo dos litros de cilindrada entrega 306 CV de potencia, cifra idéntica al 3.0 L6 sobrealimentado por turbo que antes ocupaba la denominación T6. Con tracción delantera y una caja de cambios automática de ocho relaciones, acelera hasta los 100 km/h en sólo 5,9 segundos, cifras superiores a las de muchos compactos deportivos.
Su consumo medio es de 6,4 l/100 km, con 149 g/km de dióxido de carbono de emisiones medias. Una cifra de escándalo para un coche de gasolina sin hibridar con más de 300 CV. Por otra parte, el motor T5 es una versión con menor potencia del motor T6, quedándose en unos correctos 245 CV. Con la caja de cambios de ocho velocidades tiene unas emisiones de 137 g/km de CO2. Y hablamos de un motor montado en las carrocerías S60 y V60, no en compactos más ligeros como el V40.
La familia de propulsores DRIVE-E también está preparada para la asociación a sistemas híbridos, tanto para el eje delantero como para el eje trasero, conformando híbridos de tracción total. Una baza para un futuro que promete emisiones más bajas que nunca.
Fuente: Volvo
En Diariomotor: Nuevos motores Volvo DRIVE-E, propulsores diésel y gasolina de 2 litros y hasta 306 CV