Los prejuicios nunca fueron buenos y he de reconocer que antes de probar el Ford EcoSport tenía demasiados prejuicios acerca de este coche, por eso mismo puse especial interés en realizar esta prueba de contacto a falta de cuatro meses para su lanzamiento en España y por eso mismo me sorprendió muy gratamente como veremos a continuación. Os podemos adelantar que efectivamente el EcoSport está a la altura de sus rivales.
No obstante, por la distribución de su gama (solo una línea de equipamiento muy completa) difícilmente alcanzará las cifras de Juke, Captur y 2008 en España. Pero en cualquier caso Ford tampoco lo pretende y su objetivo pasa por completar una gama de productos muy heterogénea en la que el cliente puede escoger un coche a la medida de sus gustos y necesidades. En el caso del Ford EcoSport y una vez nos decidamos por su compra, la única decisión pendiente será el color en que nos lo llevaremos y si lo querremos gasolina o diésel. Tanto el 1.0 Ecoboost de 125 CV como el 1.5 TDCi de 90 CV tendrán un precio de 18.500 euros (17.500 euros con PIVE, si las ayudas se prorrogan).
1.0 Ecoboost de 125 CV: la alternativa de gasolina
Una vez más los dichosos prejuicios me invitan a pensar que el Ecoboost de 125 CV será el motor que mejor se amolde a las necesidades del Ford EcoSport. Los gustos sobre el tacto de un motor son realmente personales. Partiendo de esa base, el Ecoboost siempre me ha gustado, por la progresividad y rapidez con que sube de vueltas, por el empuje en todo el régimen de revoluciones e incluso por su sonido agudo.
En el EcoSport tampoco decepciona. Para este modelo Ford ha optado por un cambio manual de cinco relaciones, en vez del cambio de seis que utiliza por ejemplo el Focus. En cualquier caso la quinta velocidad está optimizada para que el consumo y la sonoridad en carretera no sean excesivamente altos y a la vez contemos con margen para una recuperación sin reducir a cuarta. Este motor no solo es el más potente, sino también el que garantizará las mejores prestaciones en el EcoSport.
En nuestros primeros kilómetros ya descubrimos que sin un aislamiento acústico demasiado trabajado y con una aerodinámica que de alguna forma debe penalizar su sección frontal y su altura, el ruido aerodinámico no es excesivo y el aplomo es más que suficiente para enfrentarse a algunas rachas de viento lateral que acusamos por las carreteras de los alrededores de Montserrat, muy cerquita de Barcelona.
Con su altura, sinceramente dudábamos que fuera capaz de ofrecer un comportamiento digno en carretera, pero Ford lo habría conseguido endureciendo las suspensiones y con un tarado duro de muelles, gozando aún así de bastante recorrido en amortiguadores y una absorción efectiva de los obstáculos con que nos encontramos. Con 16” nos resultó un poco seco absorbiendo baches y aún desconocemos como trabajará con las llantas de 17” que llegará a España, pero en cualquier caso se ha alcanzado un buen equilibrio para preservar su comodidad con el firme en mal estado y contener los balanceos de su carrocería.
El tacto de la dirección no será digno de un Fiesta o un Focus, pero sí lo que esperaríamos de un Ford de su tamaño. El cambio manual también es suave y cómodo y en un momento dado su conducción bien nos podría recordar al momento en que probamos el Ford B-MAX este mismo año.
1.5 TDCi de 90 CV: un motor que viene como anillo al dedo
Sin más preámbulos nos subimos al diésel, un bloque nuevo (aunque no lo estrena el EcoSport), el 1.5 TDCi de 90 CV. Inicialmente me resisto a pensar que un diésel vaya a encajar bien en este coche, pero la verdad es que este motor, optimizado con bomba de aceite de presión variable, nueva inyección de combustible y recubrimientos de pistón de baja fricción, da el do de pecho en lo que a sonoridad y suavidad se refiere. Es más, tras haber probado los diésel de todos sus rivales (incluidos Captur, 2008 y Juke), estoy convencido de que Ford dispone del diésel más agradable de conducir de su categoría.
Durante todo nuestro trayecto los consumos rozan los 6.0 litros/100 kilómetros, lo cual no está nada mal teniendo en cuenta el ritmo que hemos llevado y las carreteras convencionales escarpadas que hemos recorrido. Pero el verdadero handicap de este motor subyace en la relación entre peso y potencia de este coche. El EcoSport es muy pesado (1.384 kilogramos en vacío para el diésel), pesadísimo si lo comparamos con los escasos 1.160 kilogramos de un 2008 1.6 e-HDI y los 1.255 kilogramos del Captur 1.5 dCi.
Precisamente es ese peso el que nos hará pensar que este diésel de 90 CV se queda corto a veces e incluso nos parezca un tanto perezoso.
La seguridad. ¿De verdad el Ford EcoSport merece sus cuatro estrellas EuroNCAP?
Por último, a la hora de hablar de seguridad, Ford no solo evitó justificar que su EcoSport no haya alcanzado las cinco estrellas EuroNCAP, sino que además aprovecharon para sacar pecho por equipar de serie airbags para conductor, pasajeros, cortina, lateral y rodilla para el conductor (algo inédito en su categoría).
De hecho, si analizamos los resultados de EuroNCAP del EcoSport, sus cuatro estrellas no se deben a carencias de seguridad pasiva o activa para proteger a los pasajeros. El EcoSport ha penalizado, y mucho, la falta de protección para los peatones por su sección frontal y la ausencia de avisadores de cinturón de seguridad en las plazas traseras y limitador de velocidad o control de crucero, que no están disponibles ni tan siquiera como opción.
Eso no quiere decir que Ford no se merezca su correspondiente rapapolvo, pero en cualquier caso sería demasiado atrevido que a la vista de los resultados calificásemos de inseguro a este modelo solo por no haber alcanzado las cinco estrellas EuroNCAP.
Lo mejor y lo peor del Ford EcoSport
En los próximos días, semanas y meses, seguiremos hablando de esta categoría joven y en pleno crecimiento, del b-SUV. En general sí podemos decir que el Ford EcoSport tiene el lastre de su precio y de ofrecerse únicamente con una versión muy equipada, con lo cual en espectro de compradores al que podrá aspirar Ford se reduce considerablemente respecto a sus rivales. La característica más destacada del EcoSport, su portón trasero de apertura lateral con rueda de repuesto exterior, aporta estilo y diferenciación, pero es un handicap para el que busque un coche práctico en ciudad.
Respecto a sus orígenes, ya sabemos que el EcoSport no fue desarrollado pensado en Europa y que se fabrica en Chennai (India). Sinceramente, sus orígenes modestos se aprecian en la calidad de los materiales y en el ajuste de las puertas, por ejemplo, algo que nos decepcionó bastante. En cualquier caso, ni la conducción, ni el equipamiento (que es realmente completo), ni la seguridad, han penalizado en este sentido.
En Diariomotor: Ford EcoSport, Peugeot 2008 y Renault Captur: los pequeños SUV se imponen en el Salón de Ginebra