Nunca he sido muy fan de Volvo, lo reconozco, hasta ahora. El esfuerzo que ha realizado la marca para desarrollar una nueva generación de productos me parece como mínimo sorprendente; el halo tecnológico y premium que exhiben sus productos, sublime. El Volvo XC90 ya se ha convertido en mi gran SUV favorito, y aún no lo he probado. Pero entonces doy diez pasos por el stand de Volvo y me encuentro con lo que ves en tu pantalla ahora mismo, el Volvo S60 Cross Country, algo así como un sedán crossoverizado que probablemente no tenga nada que ver con cualquier otra cosa que vayas a encontrar en los concesionarios hoy en día. ¿De verdad era necesario hacer esto?
¿Por qué un Volvo S60 Cross Country? Europa vende cada vez más SUV. En Volvo son muy conscientes de esa evolución del mercado. Basta recordar que el Volvo XC60 fue uno de los modelos que más creció en Europa en 2014, hasta el punto de convertirse en uno de los líderes de su categoría, del segmento premium, solo superado por el Audi Q3.
En cierta medida en Volvo se consideran pioneros del familiar campero, del familiar venido a más para ganar altura y refuerzos que permita una protección añadida para desplazarse por terrenos complicados. Pero, ¿por qué un sedán campero?
Será cuestión de gustos, no lo dudo, pero a mi juicio la estética campera, que tan bien queda en un familiar, no le sienta nada bien a un sedán. Con unas suspensiones tan altas, esos refuerzos de plástico negro en los pasos de rueda y su altura, la esbelta silueta de un sedán queda desdibujada, su aspecto me parece incluso desproporcionado.
Pero quizás el problema sea ese, pensar que un coche ha de agradar a todo el mundo. Dudo mucho que Volvo tenga unas expectativas comerciales muy elevadas para el S60 Cross Country. Es un modelo de nicho, de nicho del nicho, si me lo permiten. El sedán ha perdido mucho terreno en estos años por el auge de los SUV. Volvo habría intentado unificar ambas filosofías, culminando un producto que quedaría en tierra de nadie, pero con una gran ventaja competitiva, la de que hoy por hoy no exista ningún rival de estas características en el mercado.
El difusor trasero y las protecciones de las defensas han sido heredadas directamente del Volvo V60 Cross Country, un modelo que con su apariencia familiar, con su carrocería de tres cuerpos y portón trasero, sí goza de una apariencia más proporcionada.
Una imagen del detalle de sus pasos de rueda protegidos con una franja de plástico negro.
Y he aquí una imagen del neumático que montaba esta unidad en el Salón de Ginebra, un neumático de SUV, el Pirelli Scorpion Zero.
En definitiva, creo que Volvo ha llevado a cabo un experimento, un experimento que no necesariamente ha de salir mal. Me cuesta creer que exista una necesidad de un sedán campero, ni tan siquiera en su país de origen. Aquel que quiera un vehículo distinguido, bien equipado, espacioso y bien reforzado para enfrentarse al crudo invierno de los países escandinavos sin necesidad de adquirir un SUV, siempre tendrá la alternativa del familiar campero, como el Volvo V60 Cross Country.
En cualquier caso, pensemos que para Volvo el esfuerzo de desarrollar este modelo es insignificante, a tenor de que el desarrollo del Volvo S60, el Volvo V60 y el Volvo V60 Cross Country está amortizado. Todo lo que sea aumentar ventas, en los países escandinavos, en el resto de Europa, en Asia o en Estados Unidos, será bien recibido.
Estoy convencido de que el paso por los concesionarios del Volvo S60 Cross Country será fugaz. En unos años llegará una nueva generación de S60 y V60 y probablemente el S60 Cross Country pase a mejor vida. Salvo que estemos muy equivocados y las cifras de este modelo sean mejores de lo que nos imaginamos, en cuyo caso, ¿habrá descubierto Volvo un nuevo y rentable nicho?
Fuente: Volvo
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En Volvo no están locos: el Volvo S60 Cross Country es real, es todoterreno y ya está aquí