Aunque su nombre sea sospechosamente similar al de cierta videoconsola portátil, el Subaru WRX S4 SportVita se nos presenta con un precepto claro. Que nos imaginemos cómo sería un Subaru WRX STI lujoso y deportivo a partes iguales, un STI premium. El Subaru WRX S4 se vende en Japón desde hace años como una versión más refinada del rudo STI, pero el SportVita pretende llevar su calidad y su refinamiento a un nivel nunca antes visto. Y parece ser que nos quedaremos sin disfrutarlo en Europa: será exclusivo para el Imperio del Sol Naciente.
Un STI que no querrás manchar de barro
¿Es el S4 SportVita una contradicción en sí mismo? Posiblemente. El WRX STI es un coche pensado para ensuciarse las manos, un coche rudo, poco refinado y tremendamente eficaz, que se siente tan a gusto en una pista embarrada como en una revirada carretera de montaña. El S4 SportVita añade una dosis de refinamiento estético y confort sobre una base cuya radicalidad no varía un ápice. Es como si vestimos a un miembro de los All Black neozelandeses de traje y lo mandamos a pelearse contra el equipo de rugby británico.
Un spoiler: va a seguir siendo un All Black. Es ciertamente curioso, pero la idea me seduce. Lo que no me seduce es que muy posiblemente los dueños de un S4 SportVita no se atreverán a mancharlo de barro y quizá lo conduzcan como un simple BMW Serie 3, no como el STI que es. Su interior ha sido el centro de las modificaciones, tapizado en el exclusivo cuero bitono del especialista italiano Mario Levi. Una combinación deliciosa que se extiende a asientos, puertas y volante, otorgando al coche un aspecto muy distinguido.
Al resto de niveles, no se diferencia de otros S4. Lo que implica un aspecto más civilizado que un STI, un lobo con piel de cordero. Llantas de 18 pulgadas y aspecto plateado se montan en una carrocería más limpia, en la que se denota la ausencia del gigantesco spoiler trasero del STI – uno de sus rasgos fundamentales de personalidad. Es un coche equipado con el paquete Eyesight de seguridad activa, en el que se incluye un control de crucero adaptativo o un asistente de mantenimiento de carril, entre otras tecnologías.
El motor de este STI refinado japonés no es un 2.5 turbo como el caso europeo, es un 2.0 turbo. Esto se debe a la fiscalidad japonesa, además de un intento de crear un STI un poco más eficiente, sin tanta adicción al jugo de dinoasaurio. Con todo, desarrolla 300 CV de potencia a 5.600 rpm y un par máximo de 400 Nm entre las 2.00 rpm y las 4.800 rpm, por lo que no conviene subestimar a este caballero de traje italiano. Un caballero que no nos importaría invitar a nuestra fiesta europea, os lo aseguro.
Fuente: Carscoops
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