SUV, gasolina, siete plazas. Muchos se echan las manos a la cabeza cuando escuchan esta combinación, pensando en carteras más vacías que el Aeropuerto de Ciudad Real. No os culpo, ya que los SUV de gasolina nunca han sido vehículos frugales o baratos de mantener. Y sin embargo, el Nissan X-Trail DIG-T, con motor de gasolina con 163 CV, caja de cambios manual y siete plazas, es una opción sorprendentemente lógica para muchos potenciales clientes. Dejadme que os cuente por qué me ha convencido. ¿Me acompañais?
¿Qué uso le das a tu coche?
Hasta ahora, parecía que la opción más adecuada para motorizar un SUV era un motor diésel. Y en parte, por pura lógica: tienen un alto par motor – necesario para mover a una mole de más de 1,5 toneladas – y amortiguan la tendencia a beber combustible de este tipo de vehículos. Seamos francos: la mayor parte de nosotros no recorre demasiados kilómetros al año. Si buscábamos un SUV con motor diésel es porque nos aterrorizaba el enorme consumo de aquellos SUV de antaño, equipados con motores atmosféricos de gran cilindrada, adictos a la bebida.
Por fortuna, el futuro ha llegado y a un SUV mediano como el Nissan X-Trail le ha traído un motor de gasolina de 163 CV, que aún siendo más potente que el 1.6 dCi de 130 CV, abarata el precio del coche y presenta consumos muy ajustados. Un motor de gasolina es la opción ideal si no vamos a recorrer demasiados kilómetros al año con el coche, o si el uso va a ser eminentemente urbano. Este 1.6 DIG-T turboalimentado cumple con creces en el frente prestacional y me ha sorprendido gratamente en cuanto a consumos. Pronto llegaremos ahí.
X-Trail: un SUV mediano muy práctico
El Nissan X-Trail fue renovado al completo en 2014. Una nueva generación fue lanzada al mercado, reemplazo de una longeva generación que ya languidecía en ventas. El X-Trail es un verdadero producto global, que en mercados como el estadounidense es conocido como Rogue. Es un SUV con buena presencia, y en color negro y calzado con llantas de 19 pulgadas se deja notar entre el tráfico. En su frontal porta orgulloso la calandra típica de Nissan, flanqueada con dos ópticas con LEDs de iluminación diurna.
Con todo, no resulta ostentoso: sus proporciones son sensatas y no tiene ningún rasgo estilístico considerado excesivo. No hay lugar para florituras en el Nissan X-Trail, su perfil no nos llama la atención, y a excepción de unas ópticas LED transparente en la zaga, no hay motivos para emocionarse en demasía. Pasamos a su habitáculo y me reciben unos asientos de cuero beige junto a molduras de plástico del mismo color en el salpicadero. Es un color poco sufrido, aunque estéticamente forme una bonita estampa ante nuestros ojos.
De hecho, en algunos puntos el cuero ya mostraba señales de haberse ensuciado, al igual que algunos plásticos cercanos a nuestros pies. Las calidades no son el punto fuerte de este X-Trail: abunda el plástico duro y los acabados no son del todo vistosos. No obstante, parece resistente al paso del tiempo, si bien propenso a ensuciarse. Escogería un acabado oscuro, personalmente. Sea como fuere, el salpicadero es muy ordenado y nos permite hacernos a la idea de la practicidad que profesa este SUV de siete plazas.
El espacio disponible en el interior del X-Trail es muy considerable. Las cotas de los asientos delanteros – muy cómodos en viajes largos – son excelentes, así como la cantidad de ajustes disponibles. Todos los controles quedan muy a mano y son sencillos de utilizar, a excepción del botón de apertura del maletero y los de activación de algunas asistencias, que quedan bajos y parcialmente ocultos a la vista, a la izquierda del volante. Es posible confundir el tirador de la apertura del capó con el del depósito de combustible.
Ahora bien, es necesario recalcar que su practicidad es sencillamente enorme, con multitud de huecos donde dejar objetos. Detalles de calidad, como un portavasos con rejilla de aireación incorporada o asientos calefactables delanteros, nos dejan buen sabor de boca. No puedo decir lo mismo del equipo de infoentretenimiento: si bien cumple en general, su interfaz está anticuada y se queda atrás con respecto a vehículos de la competencia, ya disponibles con MirrorLink u otras opciones de conexión con smartphone.
¿Viajan cómodos los pasajeros?
Los pasajeros del coche viajarán en primera clase en las plazas centrales. Hay mucho espacio disponible para las piernas, y el respaldo del asiento se puede inclinar ligeramente si queremos dormir durante el viaje. Las dos plazas extra – con un sobrecoste de 800 euros con respecto a un X-Trail de cinco plazas – están ocultas bajo el piso del maletero, con el inconveniente de ocupar parte del espacio de carga disponible. El maletero disminuye su tamaño de 550 litros en el cinco plazas a 445 litros en el siete plazas.
Las plazas se despliegan desde el maletero mediante unos tiradores, una vez hemos desplazado la segunda fila ligeramente hacia delante. Con las siete plazas desplegadas, el espacio del maletero se queda en unos pequeños 135 litros. Estas plazas son pequeñas, y son sólo aptas para niños o adultos de pequeña estatura durante un breve espacio de tiempo. No están pensadas para hacer un viaje largo, y el espacio disponible para las piernas está en relación directa a la posición longitudinal de la segunda fila de asientos.
¿Mi opinión? Si no te hacen falta siete plazas, compra un X-Trail de cinco plazas. Su maletero es mayor y además, es más barato. Un gran detalle es que el coche conserva una rueda de repuesto tipo galleta bajo el piso del maletero, a la que se accede mediante una compuerta que incluso cuenta con un mecanismo hidráulico.
163 CV voluntariosos y poco sedientos
La última novedad en llegar a la gama X-Trail es el motor que estamos probando. Un 1.6 turbo de cuatro cilindros e inyección directa, que desarrolla 163 CV a 5.600 rpm, con un par máximo de 240 Nm entre las 2.000 rpm y las 4.000 rpm. Sobre el papel, el SUV hace el 0 a 100 km/h en 9,7 segundos y tiene una velocidad máxima de 200 km/h. Con este motor, sólo se puede adquirir el Nissan X-Trail con tracción delantera y caja de cambios manual de seis relaciones. Que es casualmente la combinación más demandada por el mercado.
Son prestaciones sensiblemente superiores a las del motor 1.6 dCi de 130 CV. Este motor es brioso y empuja desde las 1.500 rpm con fuerza, sin desfallecer hasta superadas las 6.000 rpm. Es un motor silencioso, con un sonido en el que no se distingue la presencia del turbocompresor y que empuja de forma progresiva y sin tirones, a pesar de superar los 100 CV/litro de potencia específica. Se asocia a un sistema Stop&Start de funcionamiento impecable y silencioso, que reduce los consumos urbanos. Homologa una media de 6,5 l/100 km.
Y la realidad es que sus consumos reales se encuentran muy en la línea de la homologación. A pesar de llevar neumáticos de 225 mm de sección con llantas de 19 pulgadas, su consumo extraurbano en mi habitual ciclo de pruebas – a 120 km/h por autopista – fue de 6,2 l/100 km. Nunca he conseguido pasar de un consumo extraurbano de 7 l/100 km. En ciudad, el gasto no se dispara si somos tranquilos con el acelerador, situándose en unos 8-9 l/100 km. Si somos muy suaves y vamos despacio, podemos conseguir cifras cercanas a los 5 l/100 km.
Son consumos que me han sorprendido para bien, especialmente en carretera. No es un coche cuyo depósito de 60 litros nos dure menos de 500 km. He superado los 800 kilómetros con un tanque, sin mayores dificultades y sin una conducción especialmente eficiente. Es un motor redondo, y aunque nos obliga a jugar con la caja de cambios a la hora de practicar adelantamientos en carretera secundaria, es contundente para resolverlos. Es un motor más refinado que un bloque diésel, que consigue que no lo echemos de menos.
En lo tocante a su conducción, me ha sorprendido lo ligero que se siente el coche. Aunque no nos transmite demasiado, es un coche sorprendentemente ágil y que no parece medir los 4,68 metros que tiene. Quizá un peso contenido – para un SUV de su tamaño, poco más de 1.500 kilos en orden de marcha – y un buen calzado han tenido que ver en ello. No es un coche nervioso al límite y la intervención de la electrónica es suave pero firme cuando llega el momento. El control de tracción suele trabajar bastante en conducción deportiva.
Realmente, hemos de probar a fondo la dinámica del coche, pero el X-Trail no es un coche que se vaya a llevar habitualmente «de curvas». Es un coche de reacciones seguras que resulta cómodo y silencioso en una conducción normal, si bien sería algo menos seco en zonas bacheadas con neumáticos de mayor perfil. Es el único pero – junto a una dirección que si bien precisa, no me trasmite información – de una dinámica que me ha sorprendido para bien, con una pizca de deportividad que no me esperaba encontrar.
En pocas palabras
El motor de 163 CV del Nissan X-Trail gasta menos combustible de lo esperado y se convierte en una gran alternativa a la versión diésel de 130 CV. A igualdad de equipamiento, el motor de gasolina es 1.600 euros más barato que el motor diésel, y sus consumos reales no son tan dispares. Si necesitas siete plazas puntualmente y haces pocos kilómetros al año – menos de 20.000 kilómetros – el X-Trail de siete plazas con motor 1.6 DIG-T de 163 CV puede convertirse en una opción ideal para muchas familias.
La unidad que hemos probado pertenece al acabado Tekna, tope de gama en gasolina, con un precio de 33.500 euros en el que se incluye un equipamiento muy abundante, con la presencia de sistemas de seguridad activa como el avisador de vehículos en punto muerto, el aviso de salida de carril o el aviso de colisión inminente, además del sistema de cámaras de 360 grados. Tiene ópticas bi-LED – alumbran mejor unos buenos xenón – y apenas nos da opción a extras, siendo la pintura metalizada el único disponible en este acabado.
El acabado más equilibrado es el 360, que por 29.750 euros en su versión de cinco plazas ofrece parte de la suite de sistemas de seguridad activa y las cámaras de 360 grados.
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